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Cuándo la mujer no se sujeta al hombre.

19.12.2013 21:40

Es muy común ver en estas épocas a las mujeres sentirse el pilar del hogar, las que mandan, las que toman la última palabra en las decisiones.

Vivimos en tiempos de cambios en todos los sentidos, pero hay cosas que deben sujertarse sin cambio alguno en la vida, y esto es que la mujer no debe querer hacer su voluntad por encima de la de su esposo.

Esto lo tiene muy claro la biblia que la mujer debe ser sujeta a su marido, se que a la  mayoría de las mujeres estó se le hará ridículo y dirá que ya vivimos en otras épocas de liberación femenina y de más, con esto no quiere decir que no tengamos voz ni voto, claro que no, pero si debemos ver la gran diferencia que hay entre respetar a tu esposo y y hacer tu voluntad y pasar por encima de su autoridad.

Dios por algo hizo al hombre como el sexo fuerte, lo hizo para sacar adelante a la familia, tomar sabías deciciones y tener la última palabra basado en la palabra de Dios; en ocaciones me he topado con mujeres que quieren hacer lo que quieren y dirigir sus matrimonios y la relación, y cúando eso pasa, el matrimonio se vuelve inestable, lleno de pleitos y malos entendidos. Algunas mujeres lo hacen para ayudar sin saber que están haciendo mal, otras lo hacen porque esa es su forma de vida, en la que solo quieren manipular  sin entender que eso está mal, y todo eso pasa porque no tienen a Dios es su vida como debe de ser, porque no quieren estar sujetas a su voluntad, pensando que si se sujetan a sus maridos son dejadas o humilladas, pero todo eso lo creen así porque no están sujetas a la palabra de Dios.

Mujer te invito a leer las escrituras, a estudiarlas y comprenderlas, no debes ajustar la palabra de Dios como a ti te convenga, debes ajustarte tal cual está escrito, tal cual lo manda Dios.

12 No permito que la mujer enseñe al hombre y ejerza autoridad sobre él; debe mantenerse ecuánime.[c] 13 Porque primero fue formado Adán, y Eva después. 14 Además, no fue Adán el engañado, sino la mujer; y ella, una vez engañada, incurrió en pecado. 15 Pero la mujer se salvará[d] siendo madre y permaneciendo con sensatez en la fe, el amor y la *santidad.

 

Por: Kathya de Munguía.

Cuando Dios es el motor de tu vida.

11.11.2013 19:11

Cuando Dios es el que mueve tu vida y por lo tanto sientes que él es el motor de ella, todo toma un sentido diferente, comprendes porque Dios dio la vida por ti, que cada cosa que existe Dios la creo para ti, aprendes a perdonar sin mirar atras, ayudas sin esperar nada a cambio, tu ser se transforma de tal manera que tu vida cobra el sentido que simpre habías estado esperando.

Cuando esperas cosas de las personas siempre terminas desilusionado pues no llena las expectativas que tu tenías, en cambio cuando esperas todo de Dios él llena esas expectativas, así tú puedes estar confiado y dejar todo en sus manos, dejando que sea él el que mueva tu vida, dejando que sea él el que decida lo que es mejor para ti.

Cuando dices creer en Dios y llega un problema ahí es dónde te das cuenta en realidad si es verdad que crees en él a ojos cerrados. Si vas a decidir que Dios sea el centro de tu vida debes creer en él sin dudas, pues él tiene todo perfectamente calculado, piensa que nosotros no podemos tener el control de las cosas y humanamente no podemos solucionar lo que él ya tiene decidido lo que va a hacer.

Lo mejor es dar gracias a Dios por todo lo  que nos da, alabarlo y orar de día y de noche, seguir su ejemplo de amor y sacrificio, perdir que nos de sabiduría para poder llevar una vida conforme a sus mandamientos.

 “Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Gálatas 2:20)

Por Kathya de Munguía.

 

El Cantar de los cantares: VI. LAS PALABRAS DE LA DONCELLA (1:12-14)

01.11.2013 13:17
VI. LAS PALABRAS DE LA DONCELLA (Cantares 1:12-14)
 
A. El Cristo que mora en uno siempre está presente (1:12-13)
El versículo 12 dice: “Mientras el Rey estaba en su reclinatorio, mi nardo dio su olor”. La Biblia presta especial atención al reclinatorio, la mesa, de Salomón (1 R. 4:22-23; 10:5). “El Rey estaba en su reclinatorio”. Esto se refiere al deleite que tienen los creyentes en las riquezas del Señor. Dichas riquezas se pueden dividir en dos categorías. (1) La harina y la comida, las cuales representan la vida y la persona del Señor Jesús y (2) las carnes, las cuales se refieren a Su obra y a Su muerte. Cuando el Rey está a la mesa, es el momento de alimentarnos y disfrutar. Cada vez que nos acercamos a la mesa del Rey, nos relacionamos con la comida. Comemos los sacrificios aceptados por Dios, es decir, la obra que Dios ha aceptado. (En el Antiguo Testamento parte de los sacrificios era apartada para ser consumida por el hombre.)
¿Cómo comemos los sacrificios aceptados por Dios? Cuando Dios ve la muerte del Señor, El ve una propiciación; cuando nosotros vemos la muerte del Señor, no sólo vemos una substitución, sino también una unión. Una vez que vemos esto tenemos la fragancia y la adoración. Si no hemos visto que el sacrificio que Dios aceptó es nuestro disfrute, no tendremos consagración ni alabanza. Pero cuando vemos que disfrutamos lo mismo que Dios disfruta, el nardo da su olor espontáneamente. (Podemos ver que el ungüento de nardo es derramado en la historia de María). Primero el Señor nos da a nosotros, y luego nosotros le damos a El. Primero hay un deleite y luego viene la consagración.
 
El versículo 13 dice: “Mi amado es para mí un manojito de mirra, que reposa entre mis pechos”. La mirra representa el sufrimiento que proviene de la cruz. Cuando el Señor estaba a punto de morir, alguien le dio a beber vinagre, lo cual significa amargura. Después de la muerte del Señor, Nicodemo ungió Su cuerpo con mirra, que representa la muerte. Cada vez que se usa la palabra noche en este libro, se refiere al tiempo en que Salomón está ausente. En términos espirituales, se refiere al lapso durante el cual el Señor está ausente, cuando no está en este mundo. Los pechos en la Biblia aluden a la fe y al amor (1 Ts. 5:8).
 
Los versículos 12 y 13 hablan del Cristo que mora en uno. Reclinado a su mesa en el versículo 12, seguramente indica que comemos juntos, y la condición necesaria para sentarnos juntos a la misma mesa es abrirle la puerta interna (Ap. 3:20-21). Si una persona no abre la puerta de su corazón, no podrá sentarse a la misma mesa con el Señor. La mirra representa al Cristo crucificado. Cuando Cristo no está con nosotros, debemos protegernos con la fe y el amor. Este es el comienzo de la comunión interna. Después de haber estado en las cámaras, después de haber visto la muerte del Señor y después de habernos consagrado verdaderamente, comenzamos a tener una comunión íntima con El. Cuando abrimos la puerta de nuestro corazón, lo disfrutamos a El y vemos la necesidad de consagrarnos de verdad. Sólo entonces podremos verdaderamente seguir al Cristo sufrido y crucificado. Seguimos al Cristo crucificado con el amor y la fe que están dentro de nosotros.
B. Nos vestimos de Cristo (1:14)
El versículo 14 dice: “Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi es para mí mi amado”. La alheña se usa para teñir las uñas. Las mujeres judías llevaban consigo la alheña adonde iban. En-gadi estaba ubicado en Judea. En-gadi significa “la fuente del cordero”. Es el lugar al cual David huyó y es un desierto (Jos. 15:61-62; 1 S. 23:29). La palabra “viñas” puede traducirse “el lugar de las uvas”. El lugar de las uvas está en el desierto. Si una flor aparece allí, se notaría mucho.
 
El versículo 14 abarca un área más amplia que el versículo 13. La flor de alheña que aparece en el lugar de las uvas, hace referencia a la distinción de Cristo, manifestada y acentuada. La mirra está entre los pechos y no se ve; por eso se refiere al Cristo interno. En este versículo Cristo es el adorno externo, y la doncella se ha vestido de Cristo. Esto significa que se proclama y se da testimonio públicamente de Cristo. Ante los hombres, Cristo es la flor de alheña y se manifiesta ahora por medio de la doncella.

 

El Cantar de los Cantares. V LAS PALABRAS DEL REY (1:8-11)

31.10.2013 14:15
V. LAS PALABRAS DEL REY (1:8-11)
La doncella ve tres cosas en las cámaras: 1) ve que es morena en Adán y que el Hijo amado es hermoso; 2) ve la vanidad de sus actividades externas al ser disciplinada por Dios; y 3) también ve su necesidad espiritual. Por esta razón, el Señor le responde en conformidad con su búsqueda, la alaba y le hace una promesa.
A. La respuesta del rey (1:8)
El versículo 8 dice: “Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, ve sigue las huellas del rebaño y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores”.
El Rey la llama “hermosa entre las mujeres”. “Si tú no lo sabes...” El tono de esta frase parece indicar que el Rey la reprende, pues ella ya debería saber esto. “Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, ve sigue las huellas del rebaño”. Por un lado, “las huellas del rebaño” son las huellas de los creyentes hoy; estos creyentes se afirman en su posición como un solo rebaño, como iglesia. (Aunque hay muchas ovejas, ellas no se reúnen como un solo rebaño ni toman la posición
de iglesia.) Aquí uno puede encontrar alimento y descanso. Por otro lado, el rebaño también se refiere a los santos que han muerto y nos han precedido en las generaciones anteriores. Ellos han encontrado alimento y descanso.
Nosotros también podemos encontrar alimento y descanso, si vamos adonde ellos estuvieron. La palabra “huellas” significa experiencia.
Las cabritas no son ovejas, ya que la doncella misma es una oveja. Tampoco son el rebaño, ya que ella está fuera de éste. Las cabritas son los corderos que son más jóvenes que ella. “Apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores”. Esto le recuerda a ella su deber cotidiano para con las cabritas como resultado de su búsqueda de descanso y alimento y de no cerrarles las puertas a las cabritas. Esto es algo acerca de lo cual debemos velar. Mientras buscamos alimento y descanso, debemos cumplir con nuestra obligación hacia los discípulos inmaduros. No podemos cerrar la puerta y buscar nuestra propia edificación. En otras palabras, ella puede obtener su alimento y su reposo alimentando a las cabritas.
La palabra “pastores” está en plural. Estos son los pastores menores, aquellos que están sometidos al Señor. La palabra “cabañas” es plural. El Señor desea que ella tenga un lugar seguro al lado de los demás pastores y que alimente las cabritas entre ellos. Por un lado, ella tiene que seguir la consagración, la fe, la perseverancia y la oración de los santos que ya se han ido. Por otro lado, en su vida cotidiana ella debe cuidar de los santos más jóvenes que ella. Mientras seguimos, no debemos renunciar a nuestras obligaciones diarias.
 
B. La alabanza y la promesa del rey (1:9-11)
Los versículos del 9-11 dicen: “A yegua de los carros de Faraón te he comparado, amiga mía. Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, tu cuello entre los collares. Zarcillos de oro te haremos, tachonados de plata”.
Las palabras “amiga mía” pueden ser traducidas “amada mía”. La palabra traducida “yegua” denota en el lenguaje original “una buena yegua”. Todos los caballos de los días de Salomón venían de Egipto (1 R. 10:28-29). Los versículos 9 y 10 describen la belleza de la constitución natural de la doncella. El versículo 11 describe la obra de Dios y la belleza que proviene de El.
Estos tres versículos hablan de seis cosas: (1) la yegua, (2) las mejillas, (3) los pendientes, (4) el cuello, (5) los zarcillos de oro, (6) tachonados de plata. Analicemos una por una.
1. La yegua:
La Biblia caracteriza a la yegua por su rapidez. Salmos 147:10 menciona “la fuerza del caballo”. “La yegua de los carros de Faraón” es la mejor de todas las yeguas. En términos espirituales denota rapidez. Una yegua simboliza rapidez natural. Es veloz porque es fuerte. La rapidez a la que alude este versículo se puede comparar con correr en 1:4. La doncella es veloz pero su rapidez proviene del mundo.
2. Las mejillas
La belleza de una persona se determina por las mejillas, lo cual indica que las mejillas son la parte más hermosa.
3. Los pendientes
Las mejillas son embellecidas por los pendientes. “Los pendientes” son sus cabellos trenzado. El cabello denota la fuerza natural. Esto nos muestra que la belleza de la doncella proviene de su fuerza natural, lo cual hace referencia a la esfera natural.
4. El cuello
El adorno del cuello denota la gentileza natural de la doncella. El cuello era rígido, pero ahora está adornado. Esto nos muestra su gentileza natural. Un cuello que no tiene collar es un cuello obstinado, que no se doblega.
En el versículo 9 se la compara a una yegua, mientras que el versículo 10 resalta la razón por la cual se hace esta comparación. Ella es veloz debido a su fuerza y gentileza natural. A pesar de que la revelación que recibió en las cámaras produjo una búsqueda por parte de ella, su rapidez natural, es decir, su fuerza y gentileza naturales siguen presentes. Tal vez la razón por la cual muchas personas no progresan sea su rapidez natural. Los versículos 9 y 10 revelan que aunque ella es hermosa, su belleza es natural. Solamente la hermosura que proviene de Dios es verdadera belleza. El Señor promete hacer dos cosas por ella: “Te haremos”. Esta es la promesa del Rey. El Espíritu Santo nos recuerda aquí al Dios Triuno.
5. Los zarcillos de oro
Se requiere un tiempo considerable para hacer los zarcillos de oro. Los zarcillos de oro representan una obra fina. Una manifestación muy fina de la vida de Dios. La palabra “zarcillos” en el idioma original representa algo parecido a una corona. Una corona de zarcillos de oro es una especie de aro. La palabra es la misma que se traduce “pendientes” en el versículo 10, la cual puede traducirse trenzas. Por consiguiente, “zarcillos de oro” puede traducirse “trenzas de oro”.
Reemplazar las trenzas naturales del cabello por trenzas de oro, significa reemplazar la fuerza natural de uno por la justicia, la vida y la gloria de Dios; significa reemplazar lo que proviene del hombre con lo que proviene de Dios.
6. Tachonados de plata
La plata indica redención. Ser tachonados de plata significa basarse en la obra redentora de la cruz.

 

El Cantar de los Cantares. 4 La revelación recibida en las cámaras secretas.

30.10.2013 18:05
IV. LA REVELACION RECIBIDA EN LAS CAMARAS SECRETAS (Cantares 1:5-7)
El versículo 5 dice: “Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable como las tiendas de Cedar, como las cortinas de Salomón”. ¿Quiénes son las hijas de Jerusalén? Este es un poema; por lo tanto, la Jerusalén mencionada aquí no se refiere a la Jerusalén terrenal sino a la celestial. Puesto que estas hijas están en el reino de la Jerusalén celestial, ellas deben ser personas salvas. Al llamarlas “hijas”, da a entender que son nacidas de Dios; sin embargo, ellas no buscan con mucho ahínco y son un grupo de personas frías, desinteresadas y despreocupadas. El señor Hudson Taylor dijo: “Ellas parecen ser salvas, aunque a duras penas”.
“Morena soy pero codiciable”. Lo primero que uno descubre en las cámaras es cuán moreno es uno. Si no se experimenta la búsqueda, no es posible ver. Ahora la doncella ve la clase de persona que es. Esta puede ser la primera vez que ella ve su propia negrura. No se volvió morena, sino que siempre lo ha sido; esto nos habla de todo lo que somos en Adán. Sin embargo, al mismo tiempo ella ve que es aceptada en el Hijo del amor de Dios. Por consiguiente, dice: “Morena soy, pero codiciable”. Codiciable se refiere a que es aceptada en el Hijo del amor de Dios.
 
“Como las tiendas de Cedar, como las cortinas de Salomón”. “Cedar” significa cámara oscura. Ser como las tiendas de Cedar significa ser externamente oscuro e indeseable. Dado que “las cortinas de Salomón” son de lino fino, muy posiblemente aluden a la justicia de Cristo. La justicia mencionada en Apocalipsis 19:8 hace referencia a la justicia de los santos, la cual es producida por la obra del Espíritu Santo. Pero como este versículo se encuentra en el Antiguo Testamento no debe de referirse a la justicia de los santos. Estas cortinas seguramente se hallaban en el templo. “Las cortinas de Salomón” denota la belleza interna, la cual es la belleza que uno tiene delante de Dios.
El versículo 6 dice: “No reparéis en que soy morena, porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí; me pusieron a guardar las viñas; y mi viña, que era mía no guardé”.
“El sol” lleva articulo definido. Al ser iluminada por Dios en las cámaras, se da cuenta de que es morena. Por consiguiente, ella no quiere que nadie la mire. Este es su estado anímico. Antes de que el Espíritu Santo complete Su profunda obra en una persona, ésta tal vez querrá cubrirse ante otros. Pero después de que el Espíritu Santo haya hecho una obra lo suficientemente profunda, el hombre no tratará de esconderse de los demás. En este momento la apariencia de la doncella delante del hombre es la misma que delante de Dios. Como resultado, ella está dispuesta a declarar: “Soy morena, porque el sol me miró”.
“Los hijos de mi madre se airaron contra mí”. Este versículo no dice: “los hijos de mi padre” sino “los hijos de mi madre”, porque madre indica promesa, lo cual se relaciona con la gracia de Dios. Gálatas 4:26-28 dice que la Jerusalén de arriba es nuestra madre y que nosotros, igual que Isaac, somos hijos de la promesa. “Los hijos de mi madre” son quienes han llegado a ser hijos de Dios, según el principio fundamental de la gracia de Dios.
“Hijos” denota algo objetivo. Los hijos de la madre son fuertes y autoritarios en doctrina y en asuntos objetivos. Debido al amor de la doncella por Dios y la disciplina que recibe en las cámaras, hay un cambio en su obra. Los hijos de la madre empiezan a menospreciarla y llegan a enojarse con ella.
“Me pusieron a guardar las viñas; y mi viña, que era mía, no guardé”. La primera mención de viña está en plural; es organizada por el hombre. La segunda mención está en singular; es ordenada por Dios. “Me pusieron a guardar las viñas”. Esta era su antigua obra. Después de recibir la iluminación del Señor y de ser disciplinada por El, ella se da cuenta de la vanidad de sus obras antiguas. Ella sólo hizo lo que el hombre le confío, mas no lo que Dios le ordenó.
 
El versículo 7 dice: “Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía; pues, ¿por qué había de estar yo como errante junto a los rebaños de tus compañeros?” La palabra “ama” es un verbo. “Estar como errante” puede traducirse “vagar perdido”.
En las cámaras ella se da cuenta de la vanidad de sus actividades externas. Ella descubre que lo que el creyente necesita no es hacer obras sino alimento y descanso. La palabra “sesteas” tiene cierta relación con el alimento. De ahora en adelante ella buscará solamente alimento y descanso. Este descanso es un descanso completo porque el mediodía es un tiempo de perfección. “La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto” (Pr. 4:18). El mediodía es la hora perfecta; al mediodía el sol alcanza su mayor brillo. (El Señor sufrió desde el mediodía hasta la hora novena. Sus sufrimientos le sobrevinieron de una sola vez; vinieron con gran intensidad desde el comienzo y no se incrementaron gradualmente).
“¿Por qué había de estar yo como errante junto a los rebaños de tus compañeros?” Estos “compañeros” son los compañeros del Señor. Sin embargo, éste no es el rebaño del Señor, sino el de Sus compañeros. Estar como errante significa ser puesto en vergüenza. Ella estaba fuera del rebaño y tuvo que decir: “¿Por qué no me dicen dónde puedo encontrar alimento y descanso? He estado buscando alimento y descanso; lo he buscado aquí y allá”. Debido a que el rebaño de sus compañeros la ha desviado, se ha burlado de ella y la ha criticado, ella pregunta: “Señor, ¿por qué Tú no me lo dices?”

 

El Cantar de los Cantares.

29.10.2013 19:14
II. BUSQUEDA (1:4)
El versículo 4 dice: “Atráeme; en pos de ti correremos”. Aunque tenemos el deseo y la disposición de seguir en pos de El, no podemos evitar sentir que nos faltan las fuerzas para buscarlo. Esta fuerza no es un poder grandioso que el Espíritu nos dé de una vez por todas, sino que es la hermosura y la gloria del Señor, las cuales nos atraen. Su poder de atracción equivale a nuestro poder para buscarlo. Si el Señor verdaderamente nos atrae, nos será muy fácil ir en pos de El.
Si Tú nos atraes “en pos de Ti correremos”. Correr en pos equivale a buscar continuamente. Las fuerzas para correr en pos del Señor vienen de la atracción del Señor. Debemos darnos cuenta de que nadie puede acudir al Señor por su propia cuenta. Cuando éramos pecadores necesitábamos que Dios nos atrajera para poder acercarnos a El. Del mismo modo, después de llegar a ser creyentes, necesitamos ser atraídos por el Señor antes de poder correr en pos de El.
Aquí vemos la relación que existe entre un creyente individual y los demás creyentes. “Yo” soy atraído, pero “nosotros” corremos en pos del Señor. “Yo” soy llevado a las cámaras, pero “nosotros” nos gozaremos y alegraremos en Ti. Si un hombre recibe gracia delante del Señor, con seguridad afectará otros.
 
III. COMUNION (1:4)
El versículo 4 continúa: “El rey me ha metido en sus cámaras”. Después de que la doncella ora, su oración es contestada: “El rey me ha metido en sus cámaras”. Las cámaras son el lugar secreto (Sal. 91:1), Sus habitaciones. No llevaremos a una persona a nuestras cámaras, a menos que tengamos una amistad muy profunda con ella; por eso, cuando el rey la lleva a sus cámaras, manifiesta el comienzo de la comunión y la revelación. En las cámaras ella disfruta una comunión que era desconocida hasta entonces; además, ella ve algo que no había visto antes.
 
El hecho de que sea un rey indica que antes de conocer al Señor como nuestro amado, debemos conocerlo como nuestro Rey. Una vida de consagración siempre precede a una vida de amor, y una experiencia de satisfacción siempre ocurre después de un acto de consagración. “El Rey me ha metido en sus cámaras”. Ella lo ha conocido como su Rey, mas ahora el Rey le mostrará la experiencia de entrar en las cámaras.
Aquellas que están con la doncella pueden levantar sus cabezas, y el futuro se les abrirá. No hay límite en su futuro. Una vez que se tiene la experiencia de las cámaras, la esperanza abunda en una vida de amor. Ellas saben que el que comenzó la buena obra, la perfeccionara (Fil. 1:6). Por lo tanto, ellas dicen: “Nos gozaremos y alegraremos en ti; nos acordaremos de tus amores más que del vino”. Estas son palabras para el futuro. La experiencia presente las llena de esperanza para el futuro (cfr. Pr. 23:35: un ejemplo de la búsqueda que se relaciona con el vino).
“Con razón te aman” debería traducirse: “Te aman con rectitud”. Esto significa que su amor proviene de una buena conciencia (1 Ti. 1:5).
 

 

El Cantar de los Cantares.

29.10.2013 19:14
II. BUSQUEDA (1:4)
El versículo 4 dice: “Atráeme; en pos de ti correremos”. Aunque tenemos el deseo y la disposición de seguir en pos de El, no podemos evitar sentir que nos faltan las fuerzas para buscarlo. Esta fuerza no es un poder grandioso que el Espíritu nos dé de una vez por todas, sino que es la hermosura y la gloria del Señor, las cuales nos atraen. Su poder de atracción equivale a nuestro poder para buscarlo. Si el Señor verdaderamente nos atrae, nos será muy fácil ir en pos de El.
Si Tú nos atraes “en pos de Ti correremos”. Correr en pos equivale a buscar continuamente. Las fuerzas para correr en pos del Señor vienen de la atracción del Señor. Debemos darnos cuenta de que nadie puede acudir al Señor por su propia cuenta. Cuando éramos pecadores necesitábamos que Dios nos atrajera para poder acercarnos a El. Del mismo modo, después de llegar a ser creyentes, necesitamos ser atraídos por el Señor antes de poder correr en pos de El.
Aquí vemos la relación que existe entre un creyente individual y los demás creyentes. “Yo” soy atraído, pero “nosotros” corremos en pos del Señor. “Yo” soy llevado a las cámaras, pero “nosotros” nos gozaremos y alegraremos en Ti. Si un hombre recibe gracia delante del Señor, con seguridad afectará otros.
 
III. COMUNION (1:4)
El versículo 4 continúa: “El rey me ha metido en sus cámaras”. Después de que la doncella ora, su oración es contestada: “El rey me ha metido en sus cámaras”. Las cámaras son el lugar secreto (Sal. 91:1), Sus habitaciones. No llevaremos a una persona a nuestras cámaras, a menos que tengamos una amistad muy profunda con ella; por eso, cuando el rey la lleva a sus cámaras, manifiesta el comienzo de la comunión y la revelación. En las cámaras ella disfruta una comunión que era desconocida hasta entonces; además, ella ve algo que no había visto antes.
 
El hecho de que sea un rey indica que antes de conocer al Señor como nuestro amado, debemos conocerlo como nuestro Rey. Una vida de consagración siempre precede a una vida de amor, y una experiencia de satisfacción siempre ocurre después de un acto de consagración. “El Rey me ha metido en sus cámaras”. Ella lo ha conocido como su Rey, mas ahora el Rey le mostrará la experiencia de entrar en las cámaras.
Aquellas que están con la doncella pueden levantar sus cabezas, y el futuro se les abrirá. No hay límite en su futuro. Una vez que se tiene la experiencia de las cámaras, la esperanza abunda en una vida de amor. Ellas saben que el que comenzó la buena obra, la perfeccionara (Fil. 1:6). Por lo tanto, ellas dicen: “Nos gozaremos y alegraremos en ti; nos acordaremos de tus amores más que del vino”. Estas son palabras para el futuro. La experiencia presente las llena de esperanza para el futuro (cfr. Pr. 23:35: un ejemplo de la búsqueda que se relaciona con el vino).
“Con razón te aman” debería traducirse: “Te aman con rectitud”. Esto significa que su amor proviene de una buena conciencia (1 Ti. 1:5).
 

 

El Cantar de los Cantares. 1- ANHELOS

28.10.2013 18:19
LA BUSQUEDA INICIAL Y LA SATISFACCION (1:2—2:7)
Esta sección es la clave de todo el libro. Todos los principios espirituales están contenidos en esta sección y predice todas las experiencias subsecuentes. Las lecciones que vienen luego no son nuevas; son lecciones previas que se repiten de una manera más profunda. Las experiencias espirituales de la primera sección son suaves y fáciles. La primera consagración y revelación siempre parece ser fácil. Sin embargo, esta consagración y revelación puede no ser muy confiable; por eso es necesario que estas experiencias pasen por el fuego. Esta sección revela las experiencias espirituales que están por venir, después de lo cual todo será probado hasta que llegue a ser real. La primera vez que una persona experimenta algo, es posible que no reciba una impresión muy profunda; tal vez en la segunda ocasión la experiencia sea más avanzada y madura. Quizá la segunda experiencia no sea tan agradable como la primera, pero al final la experiencia es la misma que al comienzo. La bandera sigue siendo amor.
La experiencia descrita en esta sección equivale a “la senda de luz” a la que alude el libro Torrente espirituales; también es equivalente a “la etapa de avivamiento” del libro Cuatro niveles de la vida espiritual. Nuestra experiencia espiritual puede atestiguarlo.
 
I. ANHELOS (1:2-3)
El versículo 2 dice: “¡Oh, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino”. Los besos a los que aquí se alude son diferentes del beso del Padre en el cuello (Lc. 15:20). Este beso era una señal de perdón, el cual todos los que pertenecen al Señor han recibido. El énfasis en Cantares recae sobre la relación amorosa entre los creyentes y el Señor. Por lo tanto, el perdón es un hecho implícito, y ésta es la razón por la cual no se menciona. El Cantar de los cantares no describe la manera en que una persona pasa de la posición de pecador a la de creyente, sino que habla de la forma en que un creyente satisface su sed y halla satisfacción. Debemos tener presente este hecho para poder entender el comienzo del libro.
Después de que una persona es salva, no sabemos cuanto tiempo se requiere para que experimente un anhelo en su ser. Lo que sí sabemos es que cuando una persona salva es despertada por el Espíritu Santo y comienza a seguir al Señor, surge en ella un anhelo.
Debido a que la que busca al Señor tiene hambre y sed, espontáneamente dice: “¡Oh, si él me besara con besos de su boca!”. Ella no dice quien es “él”. Pero en su mente hay sólo una persona: “él”, aquel a quien ella busca.
 
Antes su relación
con el Señor era general y ella estaba profundamente satisfecha con esto. Ahora desea tener una relación más personal con El. Por lo tanto, ella desea un “beso”, que es una expresión personal de amor. Nadie puede besar a dos personas al mismo tiempo. Un beso es la expresión de una relación exclusivamente personal. Además éstos no son besos en la mejilla, como fue el de Judas (Mt. 26:49) ni en los pies, como fueron los de María (Lc. 7:38, 45). Son “besos de su boca”, una señal de afecto personal. Ella ya no está satisfecha con una relación general y desea una relación personal que nadie más tiene. Esta urgencia interna es el comienzo de todo progreso. La edificación espiritual nunca puede estar separada de una búsqueda que esté basada en el hambre y la sed. Si el Espíritu Santo no ha puesto una verdadera insatisfacción con la relación general del creyente ni ha puesto una búsqueda por un afecto personal en él, el creyente no podrá tener una relación íntima con el Señor. Esta búsqueda es la base de toda experiencia futura. Si no tenemos hambre y sed, solamente tendremos un canto poético y no el Cantar de los cantares.
Tenemos esta búsqueda porque recibimos una visión. El Espíritu Santo nos ha mostrado una visión que los hombres no han visto. Después de recibir esta revelación, descubrimos que “su amor es mejor que el vino” y por eso anhelamos los besos de Su boca.
En verdad, el amor del Señor es mejor que el vino. De todo lo que nos trae gozo y regocijo, el Espíritu Santo nos muestra que nada se puede comparar con el amor del Señor. Nada de lo que nos atrae bajo el sol, puede compararse con Su amor. Una vez que vemos y probamos Su amor, ¿hay alguna cosa debajo del sol que pueda compararse con él?
El versículo 3 dice: “A más del olor de tus suaves ungüentos, tu nombre es como ungüento derramado; por eso las doncellas te aman”. Señor, Tú eres el Ungido. Dios te ungió con el Espíritu Santo y recibiste del Espíritu Santo todo tipo de ungüento. Dios no es el único que percibe Tu olor, pues nosotros también lo percibimos. Nadie nos habló jamás de este aroma, ni lo percibimos en ningún lugar; pero somos conmovidos espontáneamente con el encanto del olor de Tu ungüento.
“Tu nombre es como ungüento derramado”. Señor, Tú también tienes un nombre que nos atrae. Con Tu nombre nos recuerdas que Dios vino. ¡La unción ya fue derramada! Estamos conscientes de que Tú moriste. Sin duda alguna, la unción ya fue derramada. ¡Cuán precioso es el nombre de Jesús! ¿Quién podrá sondear el olor de este nombre?
“Por eso las doncellas te aman”. Debido a Tu misma persona (el ungüento) y Tu nombre (la unción derramada), las doncellas te aman. 
Ellas te aman por Tu
misma persona y Tu nombre. No podemos amar una obra ni tampoco un poder. Solamente podemos amar a una persona, a alguien que tiene personalidad. Te amamos y somos atraídos por Tu misma persona y Tu nombre. Aunque no hemos percibido Tu olor en su totalidad, lo que hemos percibido es suficiente para amarte. La revelación de la persona del Señor no solamente exige la adoración por parte del hombre sino también el amor. El amor al Señor surge en cada uno de nosotros cuando tenemos una visión de Su persona.
Estas doncellas son los “protegidos” (Sal. 83:3). Ellas son las compañeras de la doncella y son igualmente puras y buscan diligentemente al Señor. La doncella no es la única que camina en esta senda espiritual; ella es solamente una virgen entre muchas.

 

El Desafío del Amor. Día 40

24.10.2013 07:55
DÍA 40: EL AMOR ES UN PACTO
Adonde tú vayas, iré yo, y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. (Rut 1:16) Felicitaciones. Has llegado al final del desafío de este libro. Sin embargo, la experiencia y el reto de amar a tu cónyuge nunca terminan. Siguen durante el resto de tu vida. Este libro podrá terminar en el día 40. ¿Pero quién dice que tu desafío tiene que terminar? Y a partir de este momento, te desafiamos a que consideres tu relación matrimonial como un pacto en lugar de un contrato. Estas dos palabras parecen tener significado y propósito similares, pero en realidad, son sumamente diferentes. Ver al matrimonio como un contrato es como decirle a tu cónyuge: "Te tomo para mí y veremos si funciona". Sin embargo, verlo como un pacto hace que digas: "Me entrego a ti y me comprometo a este matrimonio para toda la vida". Hay varias diferencias entre los pactos y los contratos. En general, un contrato es un acuerdo escrito con un fundamento de desconfianza, que enumera las condiciones y las consecuencias que habrá si se rompe. Un pacto es un compromiso verbal que tiene su fundamento en la confianza, y le asegura a otra persona que tu promesa es incondicional y para toda la vida. Se realiza ante Dios por amor a otro. Un contrato es interesado y tiene una responsabilidad limitada. Establece un marco de tiempo para que se cumplan y se logren ciertas prestaciones. Un pacto es para beneficio de los demás y tiene una responsabilidad ilimitada. No tiene fecha de vencimiento. Es "hasta que la muerte nos separe". Un contrato puede romperse de común acuerdo. Un pacto está hecho para que sea inquebrantable. La Biblia contiene varios grandes pactos que forman parte del desarrollo de la historia del pueblo de Dios. Este hizo un pacto con Noé y le prometió que nunca destruiría a toda carne con un diluvio (Génesis 9:12-17). Hizo un pacto con Abraham y le prometió que toda una nación de descendientes surgiría de su familia (Génesis 17:1-8). Hizo un pacto con Moisés y declaró que el pueblo de Israel sería la posesión de Dios para siempre (Éxodo 19:3-6). Hizo un pacto con David y le prometió que siempre habría un soberano en su trono (2 Samuel 77-16). Finalmente, hizo un "nuevo pacto" por medio de la sangre de Cristo, y estableció un legado eterno e inalterable de perdón de pecados y vida eterna para los que crean en Él (Hebreos 9:15). Dios nunca ha roto ninguno de estos pactos. Además, está el matrimonio: el pacto más fuerte sobre la tierra entre dos personas; la promesa de un hombre y una mujer de establecer un amor incondicional y que dura toda la vida. En el matrimonio, tu anillo de bodas representa los votos de tu pacto: no solo compromisos que esperabas poder cumplir sino promesas premeditadas, dichas en público con otras personas como testigos. Como has leído muchas veces en estas páginas, no puedes cumplir este pacto con tus propias fuerzas. Hay una buena razón por la cual Dios fue el que inició los pactos con su pueblo. Es el único que puede cumplir las exigencias de sus propias promesas. Es el único que puede perdonar a los que reciben su pacto cuando no cumplen con su parte del acuerdo; pero el Espíritu de Dios está dentro de ti por medio de tu fe en su Hijo y de la gracia que recibiste con la salvación. Esto significa que ahora sí puedes ejercer tu función de cumplir el pacto, sin importar lo que pueda surgir que desafíe tu fidelidad a él.
En especial, si tu cónyuge no quiere recibir tu amor en este momento, cumplir el pacto puede ser más desalentador cada día. Sin embargo, el matrimonio no es un contrato con cláusulas de escape y términos de excepción. El matrimonio es un pacto hecho para quitar todas las vías de retirada o abandono. No hay nada en el mundo que pueda separar lo que Dios unió. Tu amor está fundamentado en un pacto. Cientos de años después de que el profeta Malaquías registró estas palabras, la gente aún se pregunta por qué a veces Dios retiene su bendición de los hogares y los matrimonios. "Y vosotros decís: "¿Por qué?" Porque el Señor ha sido testigo entre tú y la mujer de tu juventud, contra la cual has obrado deslealmente, aunque ella es tu compañera y la mujer de tu pacto [...] Porque yo detesto el divorcio -dice el Señor, Dios de Israel- y al que cubre de iniquidad su vestidura -dice el Señor de los ejércitos-. Prestad atención, pues, a vuestro espíritu y no seáis desleales" (Malaquías 2:14,16). Todo matrimonio es llamado a ser una imagen terrenal del pacto celestial de Dios con la iglesia. Debe revelarle al mundo la gloria y la belleza del amor incondicional de Dios por nosotros. Jesús dijo: "Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor" (Juan 15:9 NVI). Deja que sus palabras te inspiren a ser un canal del amor de Dios para tu cónyuge. Ahora es el momento, para renovar tu pacto de amor con toda sinceridad y entrega. El amor es un tesoro demasiado santo como para intercambiarlo por otro, y un vínculo demasiado poderoso como para romper sin que haya consecuencias nefastas. Vuelve a concentrar tu amor en esta persona que el Señor te ha dado para apreciar, valorar y honrar. Tienen por delante una vida juntos. Atrévete a tomarla y no soltarla jamás. Acepta el desafío del amor.
El desafío de hoy
Escribe una renovación de tus votos y colócala en tu hogar. Quizá, si corresponde, podrías planear una renovación formal de tus votos matrimoniales ante un pastor, con la familia presente. Que sea una afirmación viva del valor del matrimonio a los ojos de Dios y del alto honor de ser uno con tu cónyuge.  ¿Qué te ha revelado Dios durante estos 40 días?
¿Cómo ha cambiado tu visión del matrimonio?
¿Cuán comprometido estás con Dios y con tu cónyuge?
¿A quiénes puedes contarles de este compromiso como testimonio?
Para siempre se ha acordado de su pacto. (Salmo 105:8)

El Desafío del Amor. Día 39

23.10.2013 12:20
DÍA 39: EL AMOR PERDURA
Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros. (2 Corintios 9:8) De todas las cosas que el amor se atreve a hacer, esta es la mayor de todas. Aunque se ve amenazado, sigue adelante. Aunque se ve desafiado, sigue avanzando. Aunque lo maltratan y lo rechazan, se niega a darse por vencido. El amor nunca deja de ser. Muchas veces, cuando un matrimonio está en crisis, el cónyuge que intenta lograr que las cosas funcionen le dice al otro con toda claridad que sin importar lo que haya sucedido en el pasado, está comprometido con su matrimonio. Puedes estar seguro de que su amor perdurará. Lo promete. No obstante, como el otro cónyuge todavía no quiere escucharlo, mantiene su postura distante. Aun quiere separarse. No cree que este matrimonio dure mucho tiempo. Ya ni siquiera quiere que dure. El cónyuge que acaba de jugarse el corazón, tendiendo la mano en son de paz, no puede manejar el rechazo. Así que retira lo dicho. "Bueno. Si así lo quieres, así será". Sin embargo, si el amor es en verdad amor, no cambia de opinión cuando no lo reciben como quiere. Si al amor se le puede decir que deje de amar, en realidad no es amor. El amor que viene de Dios es interminable, imparable. Si el objeto de su afecto elije no recibirlo, no deja de dar. El amor nunca deja de ser. Nunca.
Así es el amor de Jesús. Sus discípulos eran verdaderamente impredecibles. Luego de su última comida de Pascuas juntos, cuando Jesús les dijo que todos lo abandonarían antes de que terminara la noche, Pedro declaró: "Aunque todos se aparten por causa de ti, yo nunca me apartaré [...] Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré" (Mateo 26:33,35). Los demás discípulos se hicieron eco de la misma promesa. Sin embargo, más tarde esa noche, el círculo íntimo de seguidores de Jesús (Pedro, Santiago y Juan) dormiría mientras Jesús agonizaba en el huerto. Camino a la crucifixión de Cristo, Pedro lo negaría tres veces en el patio; pero en ese preciso momento, la Biblia dice que Jesús "se volvió y miró a Pedro" (Lucas 22:61). Sus hombres le habían fallado (otra vez) horas después de sus promesas. Aun así, nunca dejó de amarlos, porque Él es "el mismo ayer y hoy y por los siglos" (Hebreos 13:8), y su amor también. Cuando hayas hecho todo lo que puedes para obedecer a Dios, tu cónyuge quizá te abandone y se vaya... así como los discípulos de Jesús hicieron con Él; pero si tu matrimonio fracasa, si tu cónyuge se va, que no sea porque te diste por vencido o dejaste de amarlo. El amor nunca deja de ser. De las nueve características del "fruto del Espíritu" que se enumeran en Gálatas 5, la primera de todas es el amor. Y como el inalterable Espíritu Santo es la fuente (el mismo Espíritu Santo que habita en el corazón de todos los creyentes), entonces el amor que Él crea en ti también es inalterable. Tiene su fundamento en la voluntad de Dios, en el llamado de Dios y en la Palabra de Dios: todas cosas inalterables. La Biblia las declara "irrevocables" (Romanos 11:29). "El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán" (Lucas 21:33). Hace tan solo unos días, recibiste el desafío de construir tu matrimonio sobre la Palabra de Dios; porque cuando todo lo demás fracasa, la verdad de Dios seguirá en pie. A lo largo del camino, también te atreviste a ser paciente, a ser generoso, a sacrificarte por las necesidades de tu cónyuge.
No se trata solo de ideas lindas, que existen en forma aislada. Cada característica del amor que se esboza en este libro está basada en el amor de Dios, el cual vemos contenido y expresado en la Palabra de Dios-, en la Palabra inalterable de Dios. Ningún desafío ni circunstancia pueden colocarle una fecha de vencimiento a Él ni a su amor. Por lo tanto, tu amor (hecho de la misma sustancia) tiene las mismas características inalterables. El amor nunca deja de ser. Así que el desafío de hoy es expresar tu amor inquebrantable con las palabras más poderosas y personales que puedas. Es tu oportunidad de declarar que sin importar las imperfecciones que existan (tanto en ti como en tu cónyuge) tu amor es aun más grande. Sin importar lo que tu cónyuge haya hecho o cuan a menudo lo haya hecho, decides amarlo de todas maneras. Aunque con el correr de los años no has sido para nada constante en tu manera de tratarlo, tus días de inconstancia en el amor han terminado. Acepta a esta persona como el regalo especial de Dios para ti y promete amarla hasta la muerte. Lo que le comunicas a tu cónyuge es: "Aun si no te gusta lo que ves, aun si no te gusto yo, elijo amarte de todas maneras. Para siempre". Porque el amor nunca deja de ser.
El desafío de hoy
Pasa tiempo orando solo. Luego, escríbele una carta de compromiso y decisión a tu cónyuge. Incluye la razón por la cual te comprometes con este matrimonio hasta la muerte, y exprésale que te has propuesto amarlo sin importar lo que suceda. Deja la carta en un lugar donde tu pareja la pueda encontrar. 
¿Qué dudas tenías al escribir esta carta?
¿Cómo esperas que tu cónyuge responda?
¿Cómo te ayudó Dios a escribirla y qué te enseñó sobre ti mismo este proceso?
[Él] se complace en la misericordia. (Miqueas 7:18)

 

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