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El Desafío del Amor. Día 20

30.09.2013 19:05
DÍA 20: EL AMOR ES JESUCRISTO
Mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos. (Romanos 5:6) La reflexión y el desafío de ayer nos llevaron a esta conclusión. Por fortuna, es una conclusión con la cual puedes vivir: hoy, mañana y para siempre. Jesús ha venido a buscarte y a salvarte (Lucas 19:10). Todas las cosas en las que has fracasado, cada minuto que malgastaste intentando arreglar las cosas a tu manera... todo puede perdonarse y restaurarse al colocar tu vida en manos del que te la dio primero. Quizá nunca lo hiciste. Entonces, hoy es tu día. "Ahora es el tiempo propicio; he aquí, ahora es el día de la salvación" (2 Corintios 6:2). Quizá lo hiciste hace años} pero te has alejado mucho de tus raíces espirituales. Entonces, "arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor" (Hechos 3:19)-Aun si Cristo es tu estilo de vida y nunca dejaste de caminar en comunión con Él, los siguientes pasajes de las Escrituras serán un renovado motivo de gratitud por todo lo que ha hecho por ti.
La Biblia dice que somos pecadores desde que nacemos, desde el momento en que llegamos al mundo. "He aquí, yo nací en iniquidad, y en pecado me concibió mi madre" (Salmo 51:5). "Todos nosotros somos como el inmundo, y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas" (Isaías 64:6). Dios no envía al infierno a personas inocentes. Lo merecemos. Sencillamente, no podemos ser lo nucientemente buenos como para vivir con un Dios puro y santo. Sin embargo, "Dios ha enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de Él" (1 Juan 4:9). "Aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo [...] Se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (Filipenses 2:6-8). "Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados" (1 Pedro 2:24). Por su muerte, Él invalidó la idea de que no mereces ser amado y no tienes valor. Si alguna vez te sientes de esa manera, no estás mirando la cruz. Allí, Él probó su amor por ti. No se puede comprender por completo un amor semejante. "A duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:7-8). Este amor tampoco se puede ganar. "Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23). "Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9). Es necesario recibirlo. "Si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, V con la boca se confiesa para salvación" (Romanos 10:9-10). Y cuando te apropias de esta nueva vida y este nuevo amor, eres libre para amar con una capacidad que nunca antes tuviste. "En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos [...] Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y que nos amemos los unos a los otros, pues así lo ha dispuesto" (1 Juan 3:13-23 NVI). "El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor" (1 Juan 4:8).
 
Él estuvo dispuesto a amarte aunque no lo merecías, aún cuando no correspondiste a ese amor. Pudo ver todos tus defectos y tus imperfecciones y aún así eligió amarte. Su amor hizo el mayor de los sacrificios para satisfacer la mayor de tus necesidades. Como resultado puedes (mediante su gracia) caminar en la plenitud y la bendición de su amor. Ahora y para siempre. Esto significa que ahora compartes este mismo amor con tu cónyuge. Puedes amar aún cuando no te ame. Puedes ver todos sus defectos y sus imperfecciones y aún así elegir amarlo. Y aunque no puedes satisfacer sus necesidades al igual que Dios, puedes transformarte en su instrumento para satisfacer las necesidades de tu cónyuge. Como resultado, él o ella podrá caminar en la plenitud y la bendición de tu amor. Ahora y hasta la muerte. El verdadero amor solo se encuentra en Cristo. Y luego de recibir su regalo de nueva vida al aceptar su muerte en tu lugar y el perdón de tus pecados, por fin estás listo para poner en práctica el desafío.
El desafío de hoy
Atrévete a tomarle la palabra a Dios. Atrévete a confiar en Jesucristo para la salvación. Atrévete a orar: "señor Jesús, soy pecador; pero has demostrado tu amor por mí al morir para perdonar mis pecados, y has probado tu poder para salvarme de la muerte mediante tu resurrección. Cambia mi corazón y sálvame con tu gracia".
Escribe tu experiencia. Aunque solo renueves tu compromiso de recibir y expresar el amor de Dios, ¿qué te ha mostrado Él hoy?
En su amor y en su compasión los redimió. (Isaías 63:9)

 

El Desafío del Amor. Día 19

29.09.2013 18:21
DÍA 19: EL AMOR ES IMPOSIBLE
Amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios (1 Juan 4:7) El desafío del amor comienza con un secreto. Y aunque ha sido un elemento tácito cada día, es probable que hayas ido acumulando más y más sospechas. Ahora que llegaste hasta aquí, se trata de un secreto que estás descubriendo solo, aunque no sepas cómo expresarlo exactamente. El secreto es el siguiente: Tu corazón no puede fabricar el amor incondicional (o amor ágape). Es imposible. Excede tus capacidades. Excede todas nuestras capacidades. Quizá hayas demostrado ternura y generosidad de alguna manera, y tal vez hayas aprendido a ser más considerado. Sin embargo, amar a alguien en forma desinteresada e incondicional es otra cosa. Entonces, ¿cómo puedes hacerlo? Te guste o no, el amor ágape no es algo que puedes hacer. Es algo que solo Dios puede nacer. Y es gracias a su gran amor por ti (y a su amor por tu cónyuge), que El elige expresar ese amor a través de ti. Aun así, quizá no lo creas. Tal vez estés convencido de que si te esfuerzas y te comprometes lo suficiente, puedes obtener de tu corazón el amor incondicional, perdurable y sacrificial. Quieres creer que está en ti. ¿Pero cuántas veces tu amor no ha podido evitar que mientas, que codicies, que reacciones en forma exagerada, que pienses mal de la persona a la que prometiste delante de Dios que amarías durante el resto de tu vida? ¿Cuántas veces tu amor ha sido incapaz de controlar tu enojo? ¿Cuántas veces te ha motivado a perdonar o ha traído un final pacífico a una pelea?
Esta incapacidad es la que pone de manifiesto la condición pecaminosa de la humanidad. Ninguno de nosotros ha alcanzado los mandamientos de Dios (Romanos 3:23). Todos hemos demostrado egoísmo, odio y orgullo. Y a menos que haya algo que nos limpie de estos atributos impíos, seremos declarados culpables ante Dios (Romanos 6:23). Por eso, si no estás a cuentas con Dios, no puedes amar de verdad a tu cónyuge porque Él es la fuente de ese amor. No puedes dar lo que no tienes. No puedes invocar reservas ni recursos interiores que no existen. Así como no puedes regalar un millón de dólares si no los tienes, no puedes dar más amor del que posees. Puedes intentarlo, pero fracasarás. Así que, en concreto: el amor que puede soportar todas las presiones está fuera de tu alcance, mientras busques encontrarlo dentro de ti mismo. Necesitas que alguien te dé esa clase de amor. "El amor es de Dios" (1 Juan 4:7). Y solo los que le han permitido a Dios que entre a su corazón por medio de la fe en su hijo, Jesús (solo los que han recibido el Espíritu de Cristo al creer en su muerte y su resurrección) pueden aprovechar el verdadero poder del amor. Jesús dijo: "Separados de mí nada podéis hacer" (Juan 15:5). Y también dijo: "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho" (Juan 15:7)- Por medio de Cristo, Dios ha prometido habitar en tu corazón a través de la fe para que conozcas "ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que [seas Heno] de la plenitud de Dios" (Efesios 3:19, RVR1995).
Cuando te rindes a Cristo, su poder puede obrar a través de ti. aún en tu mejor momento, no estás a la altura de los principios de Dios.
Sin embargo, Él "es poderoso para hacer rodo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros" (Efesios 3:20). De esa manera puedes amar a tu cónyuge. Así que este secreto inquietante (por más frustrante que parezca) tiene un final feliz para los que dejen de resistir y reciban el amor que Dios tiene para ellos. Esto significa que el amor que ha "derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado" (Romanos 5:5) está siempre a nuestro alcance, cada vez que elegimos someternos a él. Sencillamente, no podrás hacerlo sin Dios. Quizá nunca le entregaste tu corazón a Cristo, pero hoy sientes que te atrae hacia Él. Tal vez, por primera vez te des cuenta de que tú también has quebrantado los mandamientos de Dios, y que tú culpa impedirá que lo conozcas. Sin embargo, las Escrituras dicen que si te arrepientes y te alejas de tu pecado al volverte a Dios, Él está dispuesto a perdonarte gracias al sacrificio que hizo su Hijo en la cruz. Él te está buscando, no para esclavizarte sino para liberarte, para que puedas recibir su amor y su perdón. Luego, podrás comunicárselo a la persona que fuiste llamado a amar. Quizá, ya seas creyente, pero admites que te has alejado de tu comunión con Dios. No lees la Palabra, no oras, quizá ya ni siquiera vayas a la iglesia. El amor que corría por tus venas se ha ido reduciendo hasta llegar a la apatía. Lo cierto es que no puedes vivir sin Él y no puedes amar sin El; pero Dios podría hacer cosas increíbles en tu matrimonio si depositas en Él tu confianza.
 
El desafío de hoy
Vuelve a mirar los desafíos de los días anteriores. ¿Hubo algunos que te parecieron imposibles? ¿Has tomado conciencia de la necesidad de que Dios cambie tu corazón y te dé la capacidad de amar? Pídele que te muestre cómo está tu relación con él, y reclama la fortaleza y la gracia para resolver tu destino eterno.
 ¿Qué crees que Dios te está diciendo?
¿Sientes que algo se agita en tu interior?
¿Qué decisión has tomado en respuesta a esto?
Eso es imposible, pero para Dios todo es posible. (Mateo 19:26)

El Desafío del Amor. Día 18

28.09.2013 10:07
DÍA 18: EL AMOR PROCURA COMPRENDER
Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y el hombre que adquiere entendimiento. (Proverbios 3:13) Nos gusta descubrir todo lo que podemos sobre las cosas que nos importan de verdad. Si se trata de nuestro equipo de fútbol preferido, leeremos todo artículo que nos ayude a saber cómo se desarrolla. Si se trata de cocina, veremos los canales que revelan las mejores técnicas de parrilla o recetas de postres. Si un tema nos resulta atractivo, prestaremos atención cada vez que surja. De hecho, a menudo es un área de estudio personal. Por supuesto, está bien tener intereses ajenos al matrimonio y saber mucho sobre ciertas cuestiones. Sin embargo es aquí donde el amor haría la siguiente pregunta: "¿Cuánto sabes con respecto a tu pareja?" Piensa en la época en la que eran novios. ¿Acaso no estudiabas a la persona por quien tu corazón latía? Cuando un hombre intenta ganar el corazón de una mujer, la estudia. Descubre lo que le gusta, lo que no le gusta, sus hábitos y sus pasatiempos; pero una vez que gana su corazón y se casa, a menudo deja de descubrir cosas sobre ella. El misterio y el desafío de conocerla parecen menos intrigantes, y sus intereses comienzan a desviarse hacia otras áreas. A menudo, también es cierto en el caso de las mujeres, quienes al principio admiran y respetan al hombre con el cual quieren estar. Y luego del matrimonio, esos sentimientos comienzan a desvanecerse, a medida que la realidad revela que su "príncipe" es un hombre con imperfecciones y muchos defectos.
Sin embargo, tu cónyuge todavía tiene misterios escondidos para descubrir. Si logras comprender esto será una ayuda para unirlos más a los dos. Incluso puede traerte favor a los oíos de tu pareja. "El buen entendimiento produce favor" (Proverbios 13:15). Considera el siguiente punto de vista: si todo lo que estudiaste de tu cónyuge antes de casarte fuera equivalente a un diploma de la escuela secundaria, entonces deberías seguir aprendiendo sobre tu pareja hasta obtener un "título universitario", una "maestría" y por último, un "doctorado". Imagínalo como un viaje que dura toda la vida, el cual te acerca cada vez más a tu cónyuge. • ¿Sabes cuáles son sus mayores esperanzas y sus sueños? • ¿Comprendes bien cómo prefiere dar y recibir amor? • ¿Conoces los mayores temores de tu cónyuge y por qué lucha con ellos? Uno de los problemas que impide tener una buena relación con tu cónyuge es que sencillamente no lo comprendes. Es probable que reaccione en forma muy distinta a ti frente a ciertas situaciones, y no comprendes por qué. Estas diferencias (aun las que son relativamente insignificantes) pueden ser causa de muchas peleas y conflictos en tu matrimonio. Esto se debe a que, como dice la Biblia, tenemos la tendencia de "maldecir" las cosas que no entendemos (Judas 10 NVI). Los gustos y las preferencias de tu cónyuge tienen sus razones. Cada matiz de su carácter tiene como trasfondo una historia. Cada elemento que conforma su identidad y su manera de pensar se expresa en una serie de principios guía, los cuales a menudo solo tienen sentido para la persona que los sostiene; pero vale la pena tomarse el tiempo para estudiar por qué es de esa manera. Si extrañas el nivel de intimidad que supiste tener con tu cónyuge, una buena manera de volver a ganar su corazón es comprometiéndote a conocerlo. Estúdialo. Léelo como a un libro que intentas comprender.
 
Haz preguntas. La Biblia dice: "El oído del sabio busca el conocimiento" (Proverbios 18:15). El amor toma la iniciativa de comenzar las conversaciones. Tu cónyuge necesita saber que tu deseo de comprenderlo es auténtico y genuino, sólo así podrás lograr que se abra. Escucha. "Los sabios atesoran conocimiento, pero la boca del necio es ruina cercana" (Proverbios 10:14). El objetivo de comprender a tu cónyuge es escucharlo, no decirle lo que piensas. Aún si no es demasiado conversador, el amor te llama a sacar las "aguas profundas" que viven en él (Proverbios 20:5). Pídele discernimiento a Dios. "Porque el Señor da sabiduría, de su boca vienen el conocimiento y la inteligencia" (Proverbios 2:6). Las diferencias entre los sexos, trasfondos familiares y las distintas experiencias pueden nublar tu capacidad para conocer el corazón y las motivaciones de tu cónyuge. Sin embargo, Dios da sabiduría. El Señor te mostrará lo que necesitas para saber cómo amar mejor a tu cónyuge. "Con sabiduría se edifica una casa, y con prudencia se afianza; con conocimiento se llenan las cámaras de todo bien preciado y deseable" (Proverbios 24:3-4). Hay una profundidad de belleza y significado dentro de tu esposa o tu esposo, que te sorprenderá a medida que descubras más al respecto. Entra en el misterio con esperanza y entusiasmo. Desea conocer a esta persona aún mejor de lo que ya la conoces. Transfórmala en tu campo de estudio elegido, y llenarás tu hogar con las riquezas que solo el amor puede generar.
El desafío de hoy
Prepara una cena especial en tu casa, solo para ustedes dos. La cena puede ser tan especial como quieras. Dedica este tiempo a conocer mejor a tu cónyuge, quizá en áreas de las cuales no han hablado casi nunca. Decide que sea una noche agradable para los dos.
 ¿Qué descubriste de tu cónyuge que no sabías?
¿Cómo podrías continuar en otra ocasión, de otras maneras, este proceso de descubrimiento?
¿Qué momentos hicieron que esta noche fuera memorable?
 Adquiere sabiduría, y con todo lo que obtengas adquiere inteligencia. (Proverbios 4:7)
 

Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor.

26.09.2013 18:21

¿Por qué será que muchas veces algunas personas se acuerdan de Dios solo cuando están en dificultades?

Sencillo por que no sabemos ser agradecidos con Dios, nuestro Señor dió la vida por nuestros pecados, sufrio por nosotros y que hemos hechos para agradecerle?

Yo te invito a que seas agradecido, que cada día al despertar le des las gracias por todo su sufrimiento y hagas cosas buenas por los demás, esa es una forma de agradecerle a nuestro Señor, pues el está representado en cada uno de nosotros pues somos sus hijos, y cada cosa que hagamos los unos por los otros será como si lo hicieras para él, también se más espiritual, ora cada día, honralo a cada momento.

No hay amor más infinito que el de Dios, nunca dudes él no te abandona, siempre está a nuestro lado, a veces tu deseas algo y se lo pides fervientemente, pero ese algo tal vez no es apropiado para ti, y al ver que ese deseo no se realizó pues lo más fácil es reclamarle a Dios el por que no te da lo que le pides, él es muy sabio y sabe por que no debe darte eso que tando deseas, y si te lo da será en su tiempo no en el tuyo, por eso te recomiendo hacer una oequeña oración todo los días en la que le diga que dejas tu vida en sus manos y que obre conforme a sus deseos y no a los tuyos.

Si algo que anhelabas se hizo realidad no olvides agradecerle a Dios pues gracias a él lo tienes.

 

31 Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. 32 Todas las naciones se reunirán delante de él, y él separará a unos de otros, como separa el pastor las ovejas de las cabras. 33 Pondrá las ovejas a su *derecha, y las cabras a su izquierda.

34 »Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; 36 necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron.” 37 Y le contestarán los justos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos como forastero y te dimos alojamiento, o necesitado de ropa y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te visitamos?” 40 El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí.”

41 »Luego dirá a los que estén a su izquierda: “Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve hambre, y ustedes no me dieron nada de comer; tuve sed, y no me dieron nada de beber; 43 fui forastero, y no me dieron alojamiento; necesité ropa, y no me vistieron; estuve enfermo y en la cárcel, y no me atendieron.” 44 Ellos también le contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, o como forastero, o necesitado de ropa, o enfermo, o en la cárcel, y no te ayudamos?” 45 Él les responderá: “Les aseguro que todo lo que no hicieron por el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mí.”

46 »Aquéllos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

(Mateo 25:31-46)

 

Los lenguajes del amor. Jueves.

26.09.2013 15:13
El fuego del conflicto     Jueves
 
Lectura bíblica: Génesis 13:5-18
El conflicto estaba titilando, y se preparaba para encender un fuego arrasador. Los
rebaños de Abram y de Lot habían crecido tanto, que la tierra no podía sustentar a
todos los animales. Como consecuencia, estalló una controversia entre los pastores, que
puso a Abram frente a Lot.
Abram pudo haber permitido que los pastores siguieran con sus disputas, o pudo
haber insistido en sus derechos como mayor de edad y líder de la familia. En cambio, demostró
una habilidosa capacidad para resolver el conflicto. Le habló a Lot humildemente,
le propuso una solución factible y resolvió ser un agente de paz. Trató a Lot con tanto
respeto, que le permitió elegir la tierra abundante y fértil para sí.
El fuego arrasador se extinguió; todo por la actitud de Abram. Cuando dos personas
hablan al mismo tiempo —ya sea en discusiones entre pastores, miembros de la familia o
cónyuges— nadie está escuchando. En consecuencia, no hay comunicación. Para que la
conversación tenga sentido, es necesario tanto hablar como escuchar. Parece simple, sin
embargo, el 87% de quienes se divorcian dice que su problema principal estaba en que
no se podían comunicar.
Escuchar comienza con una actitud. Si decido creer que cada persona con quien me
encuentro fue creada a la imagen de Dios, que sus pensamientos y sentimientos son importantes,
entonces estoy dispuesto a escuchar. Si pienso que el mundo gira alrededor de
mí y que mis ideas son las únicas que cuentan, ¿por qué debería escuchar a otra persona?
Muchas parejas no tienen un problema de comunicación; tienen un problema de actitud.
Reflexión y estudio
Conversa y reflexiona con tu cónyuge sobre estas preguntas:
• ¿Qué admiras de la manera en que Abram resolvió este conflicto desagradable?
• ¿Qué piensas que significa la última afirmación de que muchas parejas tienen
un problema de actitud?
• ¿Cómo puedes mejorar en tu respeto y disposición para escuchar a tu cónyuge?
Medita en estos pasajes para un estudio adicional sobre el conflicto: Proverbios
15:1; Mateo 5:38-39; Santiago 4:1-2.
. Guía de oración ,
Pide a Dios…
• que te ayude a abordar los conflictos de esta semana con humildad.
• que te ayude a ver que cada individuo es valioso y merece ser escuchado.
• que te muestre cómo resolver los conflictos dentro del matrimonio.
 
GÉNESIS 14 16
14:1 En hebreo Sinar; también en 14:9. 14:3 En hebreo mar Salado. 14:8 En hebreo valle de Sidim (ver 14:3); también en 14:10.
14:18 En hebreo El-Elión; también en 14:19, 20, 22.
Abram rescata a Lot
14 En esos días, estalló la guerra en la región.
Amrafel, rey de Babilonia;* Arioc,
rey de Elasar; Quedorlaomer, rey de Elam; y
Tidal, rey de Goim, 2 lucharon contra Bera, rey
de Sodoma; Birsa, rey de Gomorra; Sinab, rey de
Adma; Semeber, rey de Zeboim, y el rey de Bela
(también llamada Zoar).
3 Este segundo grupo de reyes unieron sus
ejércitos en el valle de Sidim (que es el valle
del mar Muerto).* 4 Durante doce años, habían
estado
sometidos al rey Quedorlaomer pero, en
el año trece, se rebelaron contra él.
5 Un año después, Quedorlaomer y sus aliados
llegaron y derrotaron a los refaítas en Astarotkarnaim,
a los zuzitas en Ham, a los emitas en
Save-quiriataim 6 y a los horeos en el monte Seir,
hasta El-parán, al borde del desierto. 7 Luego dieron
la vuelta y llegaron a En-mispat (que ahora
se llama Cades) y conquistaron todo el territorio
de los amalecitas y también a los amorreos que
vivían
en Hazezon-tamar.
8 Entonces los reyes rebeldes de Sodoma,
Gomorra, Adma, Zeboim y Bela (también llamada
Zoar) se prepararon para la batalla en
el valle del mar Muerto.* 9 Lucharon contra
Quedorlaomer, rey de Elam; Tidal, rey de Goim;
Amrafel, rey de Babilonia; y Arioc, rey de Elasar.
Eran cuatro reyes contra cinco. 10 Resulta que el
valle del mar Muerto estaba lleno de pozos de
brea. Así que cuando el ejército de los reyes de
Sodoma y Gomorra huía, algunos de ellos cayeron
en los pozos de brea, mientras que el resto
escapó a las montañas. 11 Entonces los invasores
victoriosos saquearon Sodoma y Gomorra y
emprendieron
el regreso a su tierra con el botín
de guerra y los alimentos. 12 También capturaron
a Lot —el sobrino
de Abram que vivía en
Sodoma— y se llevaron todas sus pertenencias.
13 Uno de los hombres de Lot escapó y le contó
todo a Abram, el hebreo, que vivía cerca del
robledo que pertenecía a Mamre, el amorreo.
Mamre y sus parientes, Escol y Aner, eran aliados
de Abram.
14 Cuando Abram se enteró de que su sobrino
Lot había sido capturado, movilizó a los trescientos
dieciocho hombres adiestrados que
habían nacido en su casa. Entonces persiguió
al ejército de Quedorlaomer hasta que lo alcanzó
en Dan. 15Allí dividió a sus hombres en
grupos y atacó durante la noche. El ejército de
Quedorlaomer huyó, pero Abram lo persiguió
hasta Hoba, al norte de Damasco. 16Abram recuperó
todos los bienes que habían sido tomados,
y trajo de regreso
a su sobrino Lot junto con sus
pertenencias, las mujeres y los demás cautivos.
Melquisedec bendice a Abram
17 Después de que Abram regresó de su victoria
sobre el rey Quedorlaomer y todos sus
aliados,
el rey de Sodoma salió a encontrarse
con él en el valle de Save (que es el valle del Rey).
18 Y Melquisedec, rey de Salem y sacerdote
del Dios Altísimo,* le llevó pan y vino a Abram.
19 Melquisedec bendijo a Abram con la siguiente
bendición:
«Bendito sea Abram por Dios Altísimo,
Creador de los cielos y la tierra.
20 Y bendito sea Dios Altísimo,
que derrotó a tus enemigos por ti».
Luego Abram dio a Melquisedec una décima
parte de todos los bienes que había recuperado.
21 El rey de Sodoma le dijo a Abram:
—Devuélveme a mi pueblo, el cual fue capturado;
pero puedes quedarte con todos los bienes
que recuperaste.
22Abram le respondió al rey de Sodoma:
—Juro solemnemente ante el Señor, Dios
Altísimo, Creador de los cielos y la tierra, 23 que
no tomaré nada de lo que a ti te pertenece, ni
un simple hilo ni la correa de una sandalia. De
otro modo, podrías decir: “Yo soy quien enriqueció
a Abram”. 24 Aceptaré solamente lo que mis
jóvenes guerreros ya han comido, y pido que tú
entregues una porción justa de los bienes a mis
aliados: Aner, Escol y Mamre.
Pacto del Señor con Abram
15 Tiempo después, el Señor le habló a
Abram en una visión y le dijo:
—No temas, Abram, porque yo te protegeré, y
tu recompensa será grande.
2 Abram le respondió:
—Oh Señor Soberano, ¿de qué sirven todas
tus bendiciones si ni siquiera tengo un hijo? Ya
que tú no me has dado hijos, Eliezer de Damasco,
un siervo de los de mi casa, heredará
toda mi riqueza.
3 Tú no me has dado descendientes propios,
así que uno de mis siervos será mi heredero.
4 Después el Señor le dijo:
—No, tu siervo no será tu heredero, porque
tendrás un hijo propio, quien será tu heredero.
5 Entonces el Señor llevó a Abram afuera y le
dijo:
—Mira al cielo y, si puedes, cuenta las estrellas.
¡Ese es el número de descendientes que tendrás!
6 Y Abram creyó al Señor, y el Señor lo consideró
justo debido a su fe.
7 Entonces el Señor le dijo:
—Yo soy el Señor que te sacó de Ur de los caldeos
para darte esta tierra como posesión.
8 Pero Abram respondió:
—Oh Señor Soberano, ¿cómo puedo estar seguro
de que realmente voy a poseerla?
9 Y el Señor le dijo:
—Tráeme una novilla de tres años, una cabra
de tres años, un carnero de tres años, una tórtola
y un pichón de paloma.
10 Entonces Abram le presentó todos esos.

 

El Desafío del Amor. Día 17

26.09.2013 15:11
DÍA 17: EL AMOR CULTIVA LA INTIMIDAD
EI que perdona la ofensa cultiva el amor, el que insiste en la ofensa divide a los amigos. (Proverbios 17:9 NVI) Puedes ser unido con un buen amigo que conoces desde la infancia o la universidad. Puedes ser unido con un hermano, con tus padres o con un primo que tenga más o menos tu edad. Sin embargo, nada se compara con la unidad que se experimenta entre un esposo y una esposa. El matrimonio es la relación humana más íntima. Por eso lo necesitamos tanto. Cada uno de nosotros llega a la vida con un hambre innato por ser conocido, amado y aceptado. Queremos que las personas sepan nuestro nombre, nos reconozcan cuando nos vean y nos valoren por lo que somos. La posibilidad de compartir nuestro hogar con alguien que nos conoce hasta el detalle más íntimo es parte del profundo placer del matrimonio. Sin embargo, en esta gran bendición también yace su mayor peligro. Alguien que nos conoce a fondo puede amarnos con una profundidad que jamás imaginamos o puede herirnos de manera tal que nunca nos recuperemos del todo. Es el fuego y el temor del matrimonio. ¿Cuál de ellos experimentas más en tu hogar hoy? ¿Los secretos que tu cónyuge conoce sobre ti son motivo de vergüenza o motivos para unirlos más? Si tu cónyuge fuera a responder esta misma pregunta, ¿diría que lo haces sentir seguro o asustado?
Si el hogar no es considerado como un lugar seguro, los dos se verán tentados a buscar esa seguridad en otra parte. Quizá, te vuelques a otra persona e inicies una relación que coquetee con el adulterio o en última instancia, lo cometa. Tal vez busques consuelo en el trabajo o en pasatiempos fuera de casa, en algo que te proteja, en parte, de la intimidad pero que también te mantenga rodeado de personas que te respeten y te acepten.
Tu pareja no debería sentirse presionada a ser perfecta para recibir tu aprobación. No tendría que andar con pie de plomo en donde debiera sentirse en libertad de caminar con soltura. La Biblia dice: "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor" (i Juan 4:18). En tu matrimonio, debería de haber una atmósfera de libertad. Al igual que Adán y Eva en el jardín, la relación estrecha entre ustedes debiera intensificar su intimidad. Estar desnudos y no sentir vergüenza (Génesis 2:25) debería ser parte de la misma frase en tu matrimonio: en el ámbito físico y emocional. Hay que admitir que es un tema delicado. El matrimonio ha descargado el bagaje de otra persona sobre tu vida, y el tuyo sobre la vida de esa persona. Es natural sentirse avergonzado de que se le haya revelado tanto sobre ti a alguien más; pero es tu oportunidad para guardar toda esta información privada en el abrazo protector de tu amor, y prometer ser la persona que mejor pueda ayudar a tu cónyuge a manejarla. Algunos de estos secretos pueden necesitar corrección. Por lo tanto, puedes ser un agente de sanidad y restauración: no con sermones ni críticas, sino escuchando con amor y ofreciendo apoyo. Algunos de estos secretos solo necesitan ser aceptados. Son parte del carácter y la historia de esta persona. Y aunque quizá no sea agradable, siempre habrá que tratar estas cuestiones con tacto y dulzura.
En cualquiera de los dos casos, solo tú ejerces el poder de rechazar a tu cónyuge debido a estas cosas o de aceptarlo e invitarlo a pasar, con todos sus defectos. Sabrá que se encuentra en un lugar seguro donde tiene la libertad de cometer errores, o se encerrará en sí mismo y lo perderás, quizá para siempre. Amar bien a tu cónyuge debería ser la labor de tu vida. Piénsalo así: Nadie te conoce mejor que Dios, quien te hizo. El autor del Salmo 139 tenía razón cuando dijo: "Tú conoces mi sentarme y mi levantarme; desde lejos comprendes mis pensamientos. Tú escudriñas mi senda y mi descanso, y conoces bien todos mis caminos. Aún antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda" (Salmo 139:2-4). Y sin embargo, Dios, quien conoce los secretos que escondemos incluso de nosotros mismos, nos ama con una profundidad que no podemos ni comenzar a comprender. ¿Cuánto más deberíamos (como personas imperfectas) extender la mano a nuestro cónyuge con gracia y comprensión, aceptándolo por quien es y asegurándole que sus secretos están seguros con nosotros? Quizá esta sea un área en la que has fracasado en el pasado. Si es así, no esperes que, de inmediato, tu pareja te deje entrar sin impedimentos a su corazón. Debes comenzar a reconstruir la confianza. A Jesús mismo se lo describe como el único que no se entromete en la vida de las personas, sino que permanece en la puerta y llama. "Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo" (Apocalipsis 3:20). Siempre hace falta tiempo para que se desarrolle la realidad de la intimidad, en especial, luego de haber sido puesta en peligro. Hoy mismo puedes tomar el compromiso de restablecerla... esto es así para cualquiera que esté dispuesto a aceptar el desafío.
 
El desafío de hoy
Decide proteger los secretos de tu cónyuge (a menos que sean peligrosos para él o para ti) y ora por él. Habla con tu cónyuge y decide demostrar amor a pesar de estas cuestiones. Escúchalo de verdad cuando te cuente pensamientos y luchas personales. Haz que se sienta seguro.
 ¿Cuánto te cuesta detenerte y no decir algo crítico o de otro tipo?  
¿Qué aprendiste hoy sobre tu cónyuge al escucharlo?
Yo soy de mi amado y mi amado es mío. (Cantar de los Cantares 6:3

Los lenguajes del amor. Día Miércoles.

25.09.2013 13:47
Semana 1 Miércoles
Génesis 9—12
 
 De él y de ella
 
Lectura bíblica: Génesis 3:16-19
Después que Adán y Eva pecaron, Dios les impuso un castigo distinto a cada uno. El
juicio de Dios sobre Eva tenía que ver con dar a luz con dolor, un rol exclusivo de
Eva. Este juicio no afectó el rol del hombre en el proceso reproductivo. El juicio de Dios
sobre Adán tenía que ver con la frustración en su trabajo. Cardos y espinos harían que el
proceso del cultivo fuera más difícil para Adán, un labrador.
Estos dos juicios representarían un recordatorio constante de los resultados del pecado,
y cada juicio fue constituido a la medida de cada uno. El juicio de Eva se centraba en
un rol que era exclusivo de ella (ligado a la primera parte del objetivo de Dios establecido
en Génesis 1:28: “Sean fructíferos y multiplíquense…”), y el juicio de Adán estaba orientado
a su trabajo diario en el campo para proveer alimentos a su familia (ligado a la segunda
parte del objetivo de Dios de “gobernar” y “reinar” sobre la tierra).
El énfasis sobre la esposa era como la que da a luz, y sobre el esposo como el proveedor,
pero no se debe pensar en estos roles como repartos rígidos. En una economía
agrícola, la esposa del labrador juega un papel vital en el éxito de la granja, y seguramente
Adán tenía responsabilidades relacionadas con la crianza de los hijos. El énfasis bíblico en
la crianza de los hijos siempre está sobre “padres y madres”, no sobre las “madres” solamente.
Lo que descubrimos en este capítulo es la presentación de la idea de diversificar
las responsabilidades dentro del matrimonio, con un énfasis en el trabajo de equipo a fin
de lograr los objetivos de Dios.
Reflexión y estudio
Conversa y reflexiona con tu cónyuge sobre estas preguntas:
• ¿Cómo has experimentado el juicio específico para tu género?
• ¿Sientes que tu rol es estricto o flexible? ¿Qué responsabilidades son específicamente
tuyas, de tu cónyuge o de ambos?
Medita en estos pasajes como un estudio adicional sobre el matrimonio: Proverbios
31:1-31; Tito 2:1-13.
 
. Guía de oración ,
Pide a Dios que te ayude a aceptar los diferentes roles dentro del matrimonio y a
trabajar en equipo con tu cónyuge para lograr los objetivos de Dios para tu matrimonio
sin hogar.
¡Cualquiera que me encuentre me
matará!
15 El Señor respondió:
—No, porque yo castigaré siete veces a cualquiera
que te mate.
Entonces el Señor le puso una marca a Caín
como advertencia para cualquiera que intentara
matarlo. 16 Luego, Caín salió de la presencia
del Señor y se estableció en la tierra de Nod,* al
oriente de Edén.
Descendientes de Caín
17 Caín tuvo relaciones sexuales con su esposa,
y ella quedó embarazada y dio a luz a Enoc.
Luego Caín fundó una ciudad, que llevaba el
nombre de su hijo Enoc. 18 Enoc tuvo un hijo
llamado Irad, Irad fue el padre de* Mehujael.
Mehujael fue el padre de Metusael, Metusael fue
el padre de Lamec.
19 Lamec se casó con dos mujeres. La primera
se llamaba Ada y la segunda, Zila. 20Ada dio a
luz a Jabal, quien fue el primero de los que crían
animales y viven en carpas. 21 El nombre de su
hermano fue Jubal, el primero de todos los que
tocan el arpa y la flauta. 22 La otra esposa de
Lamec, Zila, dio a luz un hijo llamado Tubal-caín,
el cual se hizo experto en forjar herramientas
de
bronce y de hierro. Tubal-caín tuvo una hermana
llamada Naama. 23 Cierto día Lamec dijo a sus
esposas:
«Ada y Zila, oigan mi voz;
escúchenme, esposas de Lamec.
Maté a un hombre que me atacó,
a un joven que me hirió.
24 Si se castiga siete veces a quien mate a Caín,
¡el que me mate a mí será castigado setenta
y siete veces!».
Nacimiento de Set
25Adán volvió a tener relaciones sexuales
con su esposa, y ella dio a luz otro hijo, al cual
llamó
Set,* porque dijo: «Dios me ha concedido
otro hijo en lugar de Abel, a quien Caín mató».
26 Cuando Set creció, tuvo un hijo y lo llamó Enós.
Fue en aquel tiempo que la gente por primera vez
comenzó a adorar al Señor usando su nombre.
Descendientes de Adán
5 Este es el relato escrito de los descendientes
de Adán. Cuando Dios creó a los seres
humanos,* los hizo para que fueran semejantes
a él mismo. 2 Los creó hombre y mujer, y los bendijo
y los llamó «humanos».
3 Cuando Adán tenía ciento treinta años, fue
padre de un hijo que era igual a él, su viva
imagen, y lo llamó Set. 4 Después del
nacimiento de Set, Adán vivió ochocientos
años más y tuvo otros hijos e hijas. 5Adán vivió
novecientos treinta años y después murió.
6 Cuando Set tenía ciento cinco años, fue padre
de* Enós. 7 Después del nacimiento de* Enós,
Set vivió ochocientos siete años más y tuvo
otros hijos e hijas. 8 Set vivió novecientos
doce años y después murió.
9 Cuando Enós tenía noventa años, fue padre
de Cainán. 10 Después del nacimiento de
Cainán, Enós vivió ochocientos quince años
más y tuvo otros hijos e hijas.11 Enós vivió
novecientos cinco años y después murió.
12 Cuando Cainán tenía setenta años, fue padre
de Mahalaleel. 13 Después del nacimiento de
Mahalaleel, Cainán vivió ochocientos cuarenta
años más y tuvo otros hijos e hijas. 14 Cainán
vivió novecientos diez años y después murió.
15 Cuando Mahalaleel tenía sesenta y cinco años,
fue padre de Jared. 16 Después del nacimiento
de Jared, Mahalaleel vivió ochocientos treinta
años más y tuvo otros hijos e hijas.
17 Mahalaleel vivió ochocientos noventa y
cinco años y después murió.
18 Cuando Jared tenía ciento sesenta y dos años,
fue padre de Enoc. 19 Después del nacimiento
de Enoc, Jared vivió ochocientos años más y
tuvo otros hijos e hijas. 20 Jared vivió
novecientos sesenta y dos años y después
murió.
21 Cuando Enoc tenía sesenta y cinco años,
fue padre de Matusalén. 22 Después del
nacimiento de Matusalén, Enoc vivió en
íntima comunión con Dios trescientos
años más y tuvo otros hijos e hijas. 23 Enoc
vivió trescientos sesenta y cinco años
24 andando en íntima comunión con Dios.
Y un día desapareció, porque Dios se
lo llevó.
25 Cuando Matusalén tenía ciento ochenta y
siete años, fue padre de Lamec. 26 Después
del nacimiento de Lamec, Matusalén vivió
setecientos ochenta y dos años más y tuvo
otros hijos e hijas. 27 Matusalén vivió
novecientos sesenta y nueve años y después
murió.
28 Cuando Lamec tenía ciento ochenta y dos
años, fue padre de un hijo varón. 29 Lamec
le puso por nombre a su hijo Noé, porque
dijo: «Que él nos traiga alivio* de nuestro
trabajo y de la penosa labor de cultivar esta
tierra que el Señor ha maldecido».
30 Después del nacimiento de Noé, Lamec
vivió quinientos noventa y cinco años más
y tuvo otros hijos e hijas. 31 Lamec vivió
setecientos setenta y siete años y después
murió.
32 Cuando Noé tenía quinientos años, fue padre
de Sem, Cam y Jafet.

 

El Desafío del Amor. Día 16

25.09.2013 13:14
DÍA 16: EL AMOR INTERCEDE
Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud. (3 Juan 2) No puedes cambiar a tu cónyuge. No importa cuánto lo desees, no puedes hacer el papel de Dios y Llegar a su corazón para transformarlo en lo que quieres que sea. Sin embargo, muchas parejas pasan gran parte de su tiempo intentando cambiar a su cónyuge. Se ha dicho que la locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. ¿Pero acaso no es lo que sucede cuando intentas cambiar a tu pareja? Obtienes la mayor de las frustraciones. En algún momento, debes aceptar que no es algo que tú puedas hacer. Sin embargo, hay algo que sí puedes hacer. Puedes transformarte en un "agricultor sabio". Un agricultor no puede hacer que una semilla se transforme en una cosecha fructífera. No sirve enojarse con la semilla, manipularla ni exigirle que lleve fruto. Lo que sí puede, es plantar la semilla en terreno fértil, regarla y darle nutrientes, protegerla de las malezas y luego entregársela a Dios. Millones de agricultores se han ganado la vida con este proceso a través de los siglos. Saben que no todas las semillas brotan; pero la mayoría sí brotará cuando se la plante en el terreno adecuado y se le proporcione lo que necesita. No hay garantía de que algo en este libro vaya a cambiar a tu cónyuge. En realidad, no se trata de eso. Se trata de que te atrevas a amar. Si tomas este desafío en serio, es probable que experimentes un cambio radical en ti.
Y sí llevas a cabo cada desafío, es probable que tu cónyuge se vea afectado y que tu matrimonio comience a florecer frente a tus ojos. Quizá lleve semanas. Incluso puede llevar varios años. No importa cómo sea el terreno que tienes para trabajar, igual debes planear para la victoria. Debes quitar las malezas de tu matrimonio; nutrir la tierra del corazón de tu pareja y luego depender de Dios para los resultados. Sin embargo, no podrás hacerlo solo. Necesitarás algo que tiene más poder que cualquier otra cosa que tengas. Se trata de la oración eficaz. La oración funciona de verdad. Es un fenómeno espiritual creado por un Dios ilimitado y poderoso. Y da resultados increíbles. ¿Tienes ganas de darte por vencido con tu matrimonio? Jesús dijo que oráramos en lugar de desfallecer (Lucas 18:1). ¿Estás estresado y preocupado? La oración puede traer paz a tus tormentas (Filipenses 4:6-7). ¿Necesitas un cambio decisivo? La oración puede lograr este cambio (Hechos 12:1-17). Dios es soberano. Hace las cosas a su manera. No es un genio en una lámpara que concede todos tus deseos. Lo cierto es que te ama y desea tener una relación íntima contigo. Sin la oración, esto no sucede. Hay algunos elementos clave que deben estar en su lugar para que la oración sea eficaz. No obstante, basta con decir que la oración funciona mejor cuando proviene de un corazón humilde que tiene una buena relación con Dios y con los demás. La Biblia dice: "Confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros. [...] La oración eficaz del justo puede lograr mucho" (Santiago 5:16). ¿Alguna vez te preguntaste por qué Dios te deja ver con tanta claridad los defectos escondidos de tu cónyuge? ¿De verdad crees que es para que lo fastidies por eso? No, es para que te pongas de rodillas con eficacia. Nadie mejor que tú sabe cómo orar por tu cónyuge, 
¿Acaso ha funcionado regañar o fastidiar? La respuesta es no, porque estos métodos no cambian el corazón. En cambio, es hora de intentar hablar con Dios en tu aposento. El esposo descubrirá que Dios puede "arreglar" a su esposa mucho mejor que él. La esposa logrará más a través de la oración estratégica que con todos sus esfuerzos de persuasión. Además, es una manera mucho más agradable de vivir. Así que transforma tus quejas en oraciones y observa cómo el Maestro obra mientras mantienes limpias las manos. Si tu cónyuge no tiene ninguna clase de relación con Dios, entonces está bien claro por qué tienes que comenzar a orar. Más allá de esto, comienza a orar exactamente por lo que tu pareja necesita. Ora por su corazón; por su actitud. Ora por las responsabilidades que tiene tu cónyuge ante Dios. Ora para que la verdad reemplace las mentiras; para que el perdón reemplace la amargura. Ora por un cambio genuino en tu matrimonio. Y luego, ora por los deseos de tu corazón: para que el amor y el honor se transformen en lo normal. Ora para llegar a un nivel más profundo de romance e intimidad. Una de las maneras en que más puedes demostrar amor por tu cónyuge es orar por él. "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá" (Mateo 7:7).
El desafío de hoy
Comienza a orar hoy por el corazón de tu cónyuge. Ora por tres áreas específicas en las que deseas que Dios obre en su vida y en tu matrimonio.  ¿Alguna vez experimentaste el poder de la oración?
¿Por qué temas decidiste orar?
¿Fue fácil para ti o te resultó extraño
Si alguien teme a Dios y hace su voluntad, a éste oye. (Juan 9:31

 

Los Lenguajes del Amor. Martes.

24.09.2013 23:50
Martes
 
Génesis 5—8
Una unión profunda
Lectura bíblica: Génesis 2:4-25
 
El corazón humano pide a gritos compañerismo. Somos criaturas sociales. Dios mismo
dijo a Adán: “No es bueno que el hombre esté solo. Haré una ayuda ideal para
él” (Génesis 2:18). Este análisis vino antes de la caída de la humanidad, cuando el hombre
ya estaba en la compañía cálida y personal de Dios. Sin embargo, Dios concluyó: “¡No
es suficiente!”.
 
La respuesta de Dios a la necesidad del hombre fue crear a la mujer (ver Génesis
2:18). La palabra hebrea usada aquí significa literalmente “cara a cara”. Dios creó un ser
con quien el hombre pudiera tener una relación cara a cara, una relación personal profunda
en la cual los dos estuvieran unidos en una unión inquebrantable, que satisficiera
los anhelos profundos del corazón humano. El matrimonio fue la respuesta de Dios a la
necesidad humana más profunda: la unión de una vida con otra.
Esta unidad abarca todos los aspectos de la vida: intelectual, social, espiritual, emocional
y físico. Esta clase de unión no puede venir sin el compromiso profundo y duradero
que Dios ha diseñado para el matrimonio. El matrimonio no es un contrato de concesión
para las relaciones sexuales. No es meramente una institución social que permite el cuidado
de los hijos. Es más que una clínica psicológica donde obtenemos el apoyo emocional
que necesitamos. Es más que un medio para obtener estatus social o seguridad económica.
El propósito principal del matrimonio ni siquiera se alcanza cuando es un instrumento
de amor y compañerismo, con lo valiosos que son.
El propósito supremo del matrimonio es la unión de dos individuos al más profundo
de los niveles, el cual, a su vez, trae el mayor sentido de realización a la pareja y es el que
mejor sirve a los propósitos de Dios para sus vidas.
Reflexión y estudio
Conversa y reflexiona con tu cónyuge sobre estas preguntas:
• ¿Por qué el compromiso profundo y duradero precede a la verdadera unión
en el matrimonio?
• Piensa en un matrimonio que admiras, que parece reflejar una unión profunda.
¿Qué piensas que está funcionando bien en ese matrimonio?
• ¿En qué aspectos de tu matrimonio sientes soledad o discordia en vez de
unión? Estos sentimientos indican áreas en las cuales debes crecer.
Medita en estos pasajes como un estudio adicional sobre el matrimonio: Proverbios
18:22; Eclesiastés 4:12; 1 Corintios 7:1-40.
. Guía de oración ,
Ora a Dios pidiendo una unión profunda en tu matrimonio.
 
—¿Dónde estás?
10 El hombre contestó:
—Te oí caminando por el huerto, así que me
escondí. Tuve miedo porque estaba desnudo.
11 —¿Quién te dijo que estabas desnudo?
—le preguntó el Señor Dios—. ¿Acaso has
comido
del fruto del árbol que te ordené que no
comieras?
12 El hombre contestó:
—La mujer que tú me diste fue quien me dio
del fruto, y yo lo comí.
13 Entonces el Señor Dios, le preguntó a la
mujer:
—¿Qué has hecho?
—La serpiente me engañó —contestó ella—.
Por eso comí.
14 Entonces el Señor Dios le dijo a la serpiente:
«Por lo que has hecho, eres maldita
más que todos los animales, tanto
domésticos como salvajes.
Andarás sobre tu vientre,
arrastrándote por el polvo durante toda
tu vida.
15 Y pondré hostilidad entre tú y la mujer,
y entre tu descendencia y la descendencia
de ella.
Su descendiente te golpeará* la cabeza,
y tú le golpearás el talón».
16 Luego le dijo a la mujer:
«Haré más agudo el dolor de tu embarazo,
y con dolor darás a luz.
Y desearás controlar a tu marido,
pero él gobernará sobre ti».*
17 Y al hombre le dijo:
«Dado que hiciste caso a tu esposa y comiste
del fruto del árbol
del que te ordené que no comieras,
la tierra es maldita por tu culpa.
Toda tu vida lucharás para poder vivir
de ella.
18 Te producirá espinos y cardos,
aunque comerás de sus granos.
19 Con el sudor de tu frente
obtendrás alimento para comer
hasta que vuelvas a la tierra
de la que fuiste formado.
Pues fuiste hecho del polvo,
y al polvo volverás».
El paraíso perdido: el juicio de Dios
20 Después, el hombre —Adán— le puso a
su esposa el nombre Eva, porque ella sería la
madre de todos los que viven.* 21 Y el Señor
Dios hizo ropa de pieles de animales para Adán
y su esposa.
22 Luego el Señor Dios dijo: «Miren, los seres
humanos* se han vuelto como nosotros, con
conocimiento
del bien y del mal. ¿Y qué ocurrirá
si toman el fruto del árbol de la vida y lo
comen?
¡Entonces vivirán para siempre!». 23Así
que el Señor Dios los expulsó del jardín de Edén
y envió a Adán a cultivar la tierra de la cual él
había sido formado. 24 Después de expulsarlos,
el Señor Dios puso querubines poderosos al
oriente del jardín de Edén; y colocó una espada
de fuego ardiente —que destellaba al moverse
de un lado a otro— a fin de custodiar el camino
hacia el árbol de la vida.
Caín y Abel
4 Ahora bien, Adán* tuvo relaciones sexuales
con su esposa, Eva, y ella quedó
embarazada.
Cuando dio a luz a Caín, dijo:
«¡Con la ayuda del Señor, he tenido* un varón!».
2 Tiempo después, dio a luz al hermano de Caín y
le puso por nombre Abel.
Cuando crecieron, Abel se hizo pastor de ovejas,
mientras que Caín se dedicó a cultivar la
tierra. 3Al llegar el tiempo de la cosecha, Caín
presentó algunos de sus cultivos como ofrenda
para el Señor. 4Abel también presentó una
ofrenda: lo mejor de las primeras crías de los
corderos de su rebaño. El Señor aceptó a Abel
y a su ofrenda, 5 pero no aceptó a Caín ni a su
ofrenda. Esto hizo que Caín se enojara mucho,
y se veía decaído.
6 «¿Por qué estás tan enojado? —preguntó el
Señor a Caín—. ¿Por qué te ves tan decaído?
7 Serás aceptado si haces lo correcto, pero si
te niegas a hacer lo correcto, entonces, ¡ten
cuidado!
El pecado está a la puerta, al acecho y
ansioso por controlarte; pero tú debes dominarlo
y ser su amo».
8 Cierto día Caín dijo a su hermano: «Salgamos
al campo».* Mientras estaban en el campo, Caín
atacó a su hermano Abel y lo mató.
9 Luego el Señor le preguntó a Caín:
—¿Dónde está tu hermano? ¿Dónde está
Abel?
—No lo sé —contestó Caín—. ¿Acaso soy yo el
guardián de mi hermano?
10 Pero el Señor le dijo:
—¿Qué has hecho? ¡Escucha! ¡La sangre de
tu hermano clama a mí desde la tierra! 11Ahora
eres maldito y serás expulsado de la tierra que se
ha tragado la sangre de tu hermano. 12 La tierra
ya no te dará buenas cosechas, ¡por mucho que
la trabajes! De ahora en adelante, serás un vagabundo
sin hogar sobre la tierra.
13 Caín respondió al Señor:
—¡Mi castigo* es demasiado grande para
soportarlo! 14 Me has expulsado de la tierra y
de tu presencia; me has hecho un vagabundo

 

El Desafío el Amor. Día 15

24.09.2013 10:04
DÍA 15: EL AMOR ES HONORABLE
Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres [...] dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida. (1 Pedro 3:7) En nuestro idioma, hay ciertas palabras que tienen un significado poderoso. Cuando se usan, las asociamos al respeto. Estas palabras nunca pierden su carácter eterno, su clase ni su dignidad. Hoy, nos concentraremos en una de ellas. Es la palabra honor. Honrar a alguien significa respetarlo y tenerlo en alta estima, tratarlo como a una persona especial y de gran valor. Cuando le hablas, tus palabras son puras y comprensibles; eres cortés y educado. Cuando esa persona te habla, tomas en serio lo que dice, dándole peso y relevancia a sus palabras. Cuando te pide que hagas algo, te adaptas como puedes, por el solo respeto que le tienes. La Biblia nos dice que "honremos" a nuestro padre y a nuestra madre, y a las autoridades. Es un llamado a reconocer la posición o el valor de otra persona. El honor es una palabra noble. En especial, esto es cieno en el matrimonio. Honrar a tu pareja significa prestarle toda tu atención, en lugar de hablarle desde atrás de un periódico o con un ojo en la televisión. Cuando se toman decisiones que afecten a ambos o a toda la familia, le das la misma importancia en tu mente a la opinión de tu cónyuge. Honras lo que tiene para decir. Significa mucho para ti, y debería saberlo por la manera en que lo tratas.
Sin embargo, hay otra palabra que nos llama a alcanzar un propósito más alto, una palabra que a menudo no identificamos con el matrimonio, aunque no se puede subestimar su relevancia. Es una palabra que constituye el fundamento del honor: la razón misma por la cual respetamos y tenemos en alta estima a nuestro cónyuge. Esa palabra es santo.
Decir que tu cónyuge debería ser "santo" para ti, no significa que sea perfecto. La santidad significa que está apartado para un propósito supremo: ya no común ni cotidiano sino especial y único. Nadie puede competir en tu corazón con una persona que para ti es santa. Es sagrada, alguien a quien honrar, alabar y defender. La novia trata de esta manera su vestido. Luego de usarlo en su día especial, lo cubre y lo protege, y luego lo separa de todo lo demás en su armario. No la verás usándolo cuando trabaja en el jardín o sale de paseo. Su vestido de novia tiene un valor propio. De esta manera, es santo y sagrado para ella. Cuando dos personas se casan, cada cónyuge pasa a ser "santo" para el otro, mediante la santidad inherente al matrimonio. Esto significa que ninguna otra persona en el mundo debe disfrutar de este nivel de compromiso y expresión de afecto de tu parte. La relación entre ustedes no se compara a ninguna otra. Compartes la intimidad física sólo con ella, sólo con él. Estableces un hogar con esta persona. Tienes hijos con ella. Tu corazón, tus posesiones, tu vida misma deben estar absortos en este lazo singular que compartes sólo con esta persona. ¿Las cosas son así en tu matrimonio? ¿Tu cónyuge diría que lo honras y lo respetas? ¿Lo consideras apartado y de gran valor para ti? ¿Crees que es santo? Quizá, no lo sientas, y tal vez sea por una buena razón. Tal vez quisieras que algún desconocido pudiera ver cuánta falta de respeto recibes de parte de tu esposo o esposa (alguien que hiciera que tu cónyuge se sintiera avergonzado al salir a la luz quién es en realidad a puertas cerradas).
Sin embargo, con el amor las cosas son distintas. El amor honra aún cuando lo rechazan; trata a su amado como alguien especial ysagrado aún cuando lo único que recibe a cambio es una actitud desagradecida. Por supuesto, es maravilloso cuando los dos esposos están unidos en este propósito, cuando siguen el mandamiento bíblico de ser "afectuosos unos con otros" en amor y se dan preferencia el uno al otro (Romanos 12:10). "Tengan todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal" (Hebreos 13:4 NVI). No obstante, cuando tus intentos de honra no son correspondidos, debes honrar igualmente. El amor se atreve a hacerlo; a decir: "Valoraré nuestra relación por sobre todas las demás. El mayor sacrificio que esté dispuesto a hacer, lo haré por ti. Con todos tus fracasos, tus pecados, tus errores y tus defectos (pasados y presentes) igual decido amarte y honrarte". Así se crea una atmósfera para reavivar el amor. Así guías tu corazón a volver a amar de verdad a tu cónyuge. Y eso es lo bueno del honor.
El desafío de hoy
Elige una manera de demostrarle honor y respeto a tu cónyuge que sea diferente de lo habitual. Quizá sea abrirle la puerta a tu esposa. Tal vez sea guardarle la ropa a tu esposo. Quizá sea la forma en la que escuches y hables cuando se comuniquen. Muéstrale a tu cónyuge que lo tienes en alta estima. __Haz una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy. ¿Cómo elegiste demostrar honor? ¿Cuál fue el resultado? ¿De qué otras maneras podrías demostrar honor durante los próximos días? Los honraré y no serán menospreciados. (Jeremías 30:19)
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