Los lenguajes del amor. Jueves.
26.09.2013 15:13
El fuego del conflicto Jueves
Lectura bíblica: Génesis 13:5-18
El conflicto estaba titilando, y se preparaba para encender un fuego arrasador. Los
rebaños de Abram y de Lot habían crecido tanto, que la tierra no podía sustentar a
todos los animales. Como consecuencia, estalló una controversia entre los pastores, que
puso a Abram frente a Lot.
Abram pudo haber permitido que los pastores siguieran con sus disputas, o pudo
haber insistido en sus derechos como mayor de edad y líder de la familia. En cambio, demostró
una habilidosa capacidad para resolver el conflicto. Le habló a Lot humildemente,
le propuso una solución factible y resolvió ser un agente de paz. Trató a Lot con tanto
respeto, que le permitió elegir la tierra abundante y fértil para sí.
El fuego arrasador se extinguió; todo por la actitud de Abram. Cuando dos personas
hablan al mismo tiempo —ya sea en discusiones entre pastores, miembros de la familia o
cónyuges— nadie está escuchando. En consecuencia, no hay comunicación. Para que la
conversación tenga sentido, es necesario tanto hablar como escuchar. Parece simple, sin
embargo, el 87% de quienes se divorcian dice que su problema principal estaba en que
no se podían comunicar.
Escuchar comienza con una actitud. Si decido creer que cada persona con quien me
encuentro fue creada a la imagen de Dios, que sus pensamientos y sentimientos son importantes,
entonces estoy dispuesto a escuchar. Si pienso que el mundo gira alrededor de
mí y que mis ideas son las únicas que cuentan, ¿por qué debería escuchar a otra persona?
Muchas parejas no tienen un problema de comunicación; tienen un problema de actitud.
Reflexión y estudio
Conversa y reflexiona con tu cónyuge sobre estas preguntas:
• ¿Qué admiras de la manera en que Abram resolvió este conflicto desagradable?
• ¿Qué piensas que significa la última afirmación de que muchas parejas tienen
un problema de actitud?
• ¿Cómo puedes mejorar en tu respeto y disposición para escuchar a tu cónyuge?
Medita en estos pasajes para un estudio adicional sobre el conflicto: Proverbios
15:1; Mateo 5:38-39; Santiago 4:1-2.
. Guía de oración ,
Pide a Dios…
• que te ayude a abordar los conflictos de esta semana con humildad.
• que te ayude a ver que cada individuo es valioso y merece ser escuchado.
• que te muestre cómo resolver los conflictos dentro del matrimonio.
GÉNESIS 14 16
14:1 En hebreo Sinar; también en 14:9. 14:3 En hebreo mar Salado. 14:8 En hebreo valle de Sidim (ver 14:3); también en 14:10.
14:18 En hebreo El-Elión; también en 14:19, 20, 22.
Abram rescata a Lot
14 En esos días, estalló la guerra en la región.
Amrafel, rey de Babilonia;* Arioc,
rey de Elasar; Quedorlaomer, rey de Elam; y
Tidal, rey de Goim, 2 lucharon contra Bera, rey
de Sodoma; Birsa, rey de Gomorra; Sinab, rey de
Adma; Semeber, rey de Zeboim, y el rey de Bela
(también llamada Zoar).
3 Este segundo grupo de reyes unieron sus
ejércitos en el valle de Sidim (que es el valle
del mar Muerto).* 4 Durante doce años, habían
estado
sometidos al rey Quedorlaomer pero, en
el año trece, se rebelaron contra él.
5 Un año después, Quedorlaomer y sus aliados
llegaron y derrotaron a los refaítas en Astarotkarnaim,
a los zuzitas en Ham, a los emitas en
Save-quiriataim 6 y a los horeos en el monte Seir,
hasta El-parán, al borde del desierto. 7 Luego dieron
la vuelta y llegaron a En-mispat (que ahora
se llama Cades) y conquistaron todo el territorio
de los amalecitas y también a los amorreos que
vivían
en Hazezon-tamar.
8 Entonces los reyes rebeldes de Sodoma,
Gomorra, Adma, Zeboim y Bela (también llamada
Zoar) se prepararon para la batalla en
el valle del mar Muerto.* 9 Lucharon contra
Quedorlaomer, rey de Elam; Tidal, rey de Goim;
Amrafel, rey de Babilonia; y Arioc, rey de Elasar.
Eran cuatro reyes contra cinco. 10 Resulta que el
valle del mar Muerto estaba lleno de pozos de
brea. Así que cuando el ejército de los reyes de
Sodoma y Gomorra huía, algunos de ellos cayeron
en los pozos de brea, mientras que el resto
escapó a las montañas. 11 Entonces los invasores
victoriosos saquearon Sodoma y Gomorra y
emprendieron
el regreso a su tierra con el botín
de guerra y los alimentos. 12 También capturaron
a Lot —el sobrino
de Abram que vivía en
Sodoma— y se llevaron todas sus pertenencias.
13 Uno de los hombres de Lot escapó y le contó
todo a Abram, el hebreo, que vivía cerca del
robledo que pertenecía a Mamre, el amorreo.
Mamre y sus parientes, Escol y Aner, eran aliados
de Abram.
14 Cuando Abram se enteró de que su sobrino
Lot había sido capturado, movilizó a los trescientos
dieciocho hombres adiestrados que
habían nacido en su casa. Entonces persiguió
al ejército de Quedorlaomer hasta que lo alcanzó
en Dan. 15Allí dividió a sus hombres en
grupos y atacó durante la noche. El ejército de
Quedorlaomer huyó, pero Abram lo persiguió
hasta Hoba, al norte de Damasco. 16Abram recuperó
todos los bienes que habían sido tomados,
y trajo de regreso
a su sobrino Lot junto con sus
pertenencias, las mujeres y los demás cautivos.
Melquisedec bendice a Abram
17 Después de que Abram regresó de su victoria
sobre el rey Quedorlaomer y todos sus
aliados,
el rey de Sodoma salió a encontrarse
con él en el valle de Save (que es el valle del Rey).
18 Y Melquisedec, rey de Salem y sacerdote
del Dios Altísimo,* le llevó pan y vino a Abram.
19 Melquisedec bendijo a Abram con la siguiente
bendición:
«Bendito sea Abram por Dios Altísimo,
Creador de los cielos y la tierra.
20 Y bendito sea Dios Altísimo,
que derrotó a tus enemigos por ti».
Luego Abram dio a Melquisedec una décima
parte de todos los bienes que había recuperado.
21 El rey de Sodoma le dijo a Abram:
—Devuélveme a mi pueblo, el cual fue capturado;
pero puedes quedarte con todos los bienes
que recuperaste.
22Abram le respondió al rey de Sodoma:
—Juro solemnemente ante el Señor, Dios
Altísimo, Creador de los cielos y la tierra, 23 que
no tomaré nada de lo que a ti te pertenece, ni
un simple hilo ni la correa de una sandalia. De
otro modo, podrías decir: “Yo soy quien enriqueció
a Abram”. 24 Aceptaré solamente lo que mis
jóvenes guerreros ya han comido, y pido que tú
entregues una porción justa de los bienes a mis
aliados: Aner, Escol y Mamre.
Pacto del Señor con Abram
15 Tiempo después, el Señor le habló a
Abram en una visión y le dijo:
—No temas, Abram, porque yo te protegeré, y
tu recompensa será grande.
2 Abram le respondió:
—Oh Señor Soberano, ¿de qué sirven todas
tus bendiciones si ni siquiera tengo un hijo? Ya
que tú no me has dado hijos, Eliezer de Damasco,
un siervo de los de mi casa, heredará
toda mi riqueza.
3 Tú no me has dado descendientes propios,
así que uno de mis siervos será mi heredero.
4 Después el Señor le dijo:
—No, tu siervo no será tu heredero, porque
tendrás un hijo propio, quien será tu heredero.
5 Entonces el Señor llevó a Abram afuera y le
dijo:
—Mira al cielo y, si puedes, cuenta las estrellas.
¡Ese es el número de descendientes que tendrás!
6 Y Abram creyó al Señor, y el Señor lo consideró
justo debido a su fe.
7 Entonces el Señor le dijo:
—Yo soy el Señor que te sacó de Ur de los caldeos
para darte esta tierra como posesión.
8 Pero Abram respondió:
—Oh Señor Soberano, ¿cómo puedo estar seguro
de que realmente voy a poseerla?
9 Y el Señor le dijo:
—Tráeme una novilla de tres años, una cabra
de tres años, un carnero de tres años, una tórtola
y un pichón de paloma.
10 Entonces Abram le presentó todos esos.