Los Lenguajes del Amor. Martes.

24.09.2013 23:50
Martes
 
Génesis 5—8
Una unión profunda
Lectura bíblica: Génesis 2:4-25
 
El corazón humano pide a gritos compañerismo. Somos criaturas sociales. Dios mismo
dijo a Adán: “No es bueno que el hombre esté solo. Haré una ayuda ideal para
él” (Génesis 2:18). Este análisis vino antes de la caída de la humanidad, cuando el hombre
ya estaba en la compañía cálida y personal de Dios. Sin embargo, Dios concluyó: “¡No
es suficiente!”.
 
La respuesta de Dios a la necesidad del hombre fue crear a la mujer (ver Génesis
2:18). La palabra hebrea usada aquí significa literalmente “cara a cara”. Dios creó un ser
con quien el hombre pudiera tener una relación cara a cara, una relación personal profunda
en la cual los dos estuvieran unidos en una unión inquebrantable, que satisficiera
los anhelos profundos del corazón humano. El matrimonio fue la respuesta de Dios a la
necesidad humana más profunda: la unión de una vida con otra.
Esta unidad abarca todos los aspectos de la vida: intelectual, social, espiritual, emocional
y físico. Esta clase de unión no puede venir sin el compromiso profundo y duradero
que Dios ha diseñado para el matrimonio. El matrimonio no es un contrato de concesión
para las relaciones sexuales. No es meramente una institución social que permite el cuidado
de los hijos. Es más que una clínica psicológica donde obtenemos el apoyo emocional
que necesitamos. Es más que un medio para obtener estatus social o seguridad económica.
El propósito principal del matrimonio ni siquiera se alcanza cuando es un instrumento
de amor y compañerismo, con lo valiosos que son.
El propósito supremo del matrimonio es la unión de dos individuos al más profundo
de los niveles, el cual, a su vez, trae el mayor sentido de realización a la pareja y es el que
mejor sirve a los propósitos de Dios para sus vidas.
Reflexión y estudio
Conversa y reflexiona con tu cónyuge sobre estas preguntas:
• ¿Por qué el compromiso profundo y duradero precede a la verdadera unión
en el matrimonio?
• Piensa en un matrimonio que admiras, que parece reflejar una unión profunda.
¿Qué piensas que está funcionando bien en ese matrimonio?
• ¿En qué aspectos de tu matrimonio sientes soledad o discordia en vez de
unión? Estos sentimientos indican áreas en las cuales debes crecer.
Medita en estos pasajes como un estudio adicional sobre el matrimonio: Proverbios
18:22; Eclesiastés 4:12; 1 Corintios 7:1-40.
. Guía de oración ,
Ora a Dios pidiendo una unión profunda en tu matrimonio.
 
—¿Dónde estás?
10 El hombre contestó:
—Te oí caminando por el huerto, así que me
escondí. Tuve miedo porque estaba desnudo.
11 —¿Quién te dijo que estabas desnudo?
—le preguntó el Señor Dios—. ¿Acaso has
comido
del fruto del árbol que te ordené que no
comieras?
12 El hombre contestó:
—La mujer que tú me diste fue quien me dio
del fruto, y yo lo comí.
13 Entonces el Señor Dios, le preguntó a la
mujer:
—¿Qué has hecho?
—La serpiente me engañó —contestó ella—.
Por eso comí.
14 Entonces el Señor Dios le dijo a la serpiente:
«Por lo que has hecho, eres maldita
más que todos los animales, tanto
domésticos como salvajes.
Andarás sobre tu vientre,
arrastrándote por el polvo durante toda
tu vida.
15 Y pondré hostilidad entre tú y la mujer,
y entre tu descendencia y la descendencia
de ella.
Su descendiente te golpeará* la cabeza,
y tú le golpearás el talón».
16 Luego le dijo a la mujer:
«Haré más agudo el dolor de tu embarazo,
y con dolor darás a luz.
Y desearás controlar a tu marido,
pero él gobernará sobre ti».*
17 Y al hombre le dijo:
«Dado que hiciste caso a tu esposa y comiste
del fruto del árbol
del que te ordené que no comieras,
la tierra es maldita por tu culpa.
Toda tu vida lucharás para poder vivir
de ella.
18 Te producirá espinos y cardos,
aunque comerás de sus granos.
19 Con el sudor de tu frente
obtendrás alimento para comer
hasta que vuelvas a la tierra
de la que fuiste formado.
Pues fuiste hecho del polvo,
y al polvo volverás».
El paraíso perdido: el juicio de Dios
20 Después, el hombre —Adán— le puso a
su esposa el nombre Eva, porque ella sería la
madre de todos los que viven.* 21 Y el Señor
Dios hizo ropa de pieles de animales para Adán
y su esposa.
22 Luego el Señor Dios dijo: «Miren, los seres
humanos* se han vuelto como nosotros, con
conocimiento
del bien y del mal. ¿Y qué ocurrirá
si toman el fruto del árbol de la vida y lo
comen?
¡Entonces vivirán para siempre!». 23Así
que el Señor Dios los expulsó del jardín de Edén
y envió a Adán a cultivar la tierra de la cual él
había sido formado. 24 Después de expulsarlos,
el Señor Dios puso querubines poderosos al
oriente del jardín de Edén; y colocó una espada
de fuego ardiente —que destellaba al moverse
de un lado a otro— a fin de custodiar el camino
hacia el árbol de la vida.
Caín y Abel
4 Ahora bien, Adán* tuvo relaciones sexuales
con su esposa, Eva, y ella quedó
embarazada.
Cuando dio a luz a Caín, dijo:
«¡Con la ayuda del Señor, he tenido* un varón!».
2 Tiempo después, dio a luz al hermano de Caín y
le puso por nombre Abel.
Cuando crecieron, Abel se hizo pastor de ovejas,
mientras que Caín se dedicó a cultivar la
tierra. 3Al llegar el tiempo de la cosecha, Caín
presentó algunos de sus cultivos como ofrenda
para el Señor. 4Abel también presentó una
ofrenda: lo mejor de las primeras crías de los
corderos de su rebaño. El Señor aceptó a Abel
y a su ofrenda, 5 pero no aceptó a Caín ni a su
ofrenda. Esto hizo que Caín se enojara mucho,
y se veía decaído.
6 «¿Por qué estás tan enojado? —preguntó el
Señor a Caín—. ¿Por qué te ves tan decaído?
7 Serás aceptado si haces lo correcto, pero si
te niegas a hacer lo correcto, entonces, ¡ten
cuidado!
El pecado está a la puerta, al acecho y
ansioso por controlarte; pero tú debes dominarlo
y ser su amo».
8 Cierto día Caín dijo a su hermano: «Salgamos
al campo».* Mientras estaban en el campo, Caín
atacó a su hermano Abel y lo mató.
9 Luego el Señor le preguntó a Caín:
—¿Dónde está tu hermano? ¿Dónde está
Abel?
—No lo sé —contestó Caín—. ¿Acaso soy yo el
guardián de mi hermano?
10 Pero el Señor le dijo:
—¿Qué has hecho? ¡Escucha! ¡La sangre de
tu hermano clama a mí desde la tierra! 11Ahora
eres maldito y serás expulsado de la tierra que se
ha tragado la sangre de tu hermano. 12 La tierra
ya no te dará buenas cosechas, ¡por mucho que
la trabajes! De ahora en adelante, serás un vagabundo
sin hogar sobre la tierra.
13 Caín respondió al Señor:
—¡Mi castigo* es demasiado grande para
soportarlo! 14 Me has expulsado de la tierra y
de tu presencia; me has hecho un vagabundo